Por Daniela Bueno
dbueno555@unab.edu.co
Con una teleconsulta comienza el proceso que todos los meses debe vivir María Rosario Prada Forero. A sus 82 años es una paciente diabética que requiere de insulina para tratar su condición de salud. Aunque ella califica como bueno el servicio que le brinda la Nueva EPS, su hija, Lucy Mariela Ruiz, quien es la encargada de reclamar la medicina cada mes, no piensa lo mismo.
A las 5:40 a.m. Lucy Mariela debe salir de su casa para hacer todo lo que requiere tener en sus manos los medicamentos de su mamá. Después de la consulta vía celular, debe ir a la Foscal, ubicada en la Avenida González Valencia, para reclamar las ordenes físicas. 30 minutos en bus la separan del punto de llegada. Antes las autorizaciones las entregaban en la cita médica presencial, pero esta metodología cambió desde el inicio de la pandemia. En ese mismo lugar le entregan una parte de la orden (pastillas para la tensión), el resto lo reclama en otro lado de la ciudad.
En Lagos I, Floridablanca, está Éticos Serrano Gómez Ltda., un lugar conocido no solo por suministrar los fármacos de cientos de personas, sino también por sus largas filas. Con suerte, en dos horas Lucy tiene la insulina de su mamá. El sol y la demora hacen de esa espera un momento “interminable”, como ella lo describe. “La última vez que fui había como 100 personas”, recuerda.

Los usuarios de las EPS en ocasiones deben soportar largas filas para reclamar sus medicamentos. / FOTO DANIELA BUENO
Ahora solo queda un recorrido más por hacer. Desde Lagos I debe ir hasta la Avenida Quebradaseca, 7 kilómetros la separan. María Rosario, la mamá de Lucy Mariela, vive en El Playón, a una hora y media de Bucaramanga. Cada mes debe enviarle la medicina que le ocupa toda la mañana obtener. Las entregas son completas, pero el servicio, según Ruiz, debe mejorar.
Complicaciones
La situación de María Rosario es mucho mejor que la de Hernando Olarte Vera. Desde el cambio en la manera de entrega, obtener sus 28 pastillas mensuales de Losartán se ha convertido en una ‘odisea’ tanto para él como para su familia. El proceso que debe hacer cada mes es similar al de María Rosario y su hija. Reclaman los fármacos en el mismo lugar, soportan la misma fila y están afiliados a la misma EPS. Hernando es hipertenso, pero eso parece no ser tan relevante, ya que la última vez que fue a reclamar sus pastillas tuvo que esperar tres meses.
“Llamó mi mamá, mi tía y mi prima y nada. Todos los días iba alguien diferente y nada”, dice Jennifer Nathalia Sánchez Olarte, nieta de Hernando. La EPS decía que era un error de Éticos, Éticos decía que era un error de la EPS. Antes la Entidad Promotora de Salud enviaba la medicina directamente y no se presentaban esos problemas. Mientras el hombre de 75 años esperaba recibir su orden, la razón que daban era que los códigos no servían. Pensaron en comprar por su cuenta los medicamentos pero su costo imposibilitó esa opción.
Debido a la demora, Hernando junto a su nieta decidieron ir al lugar de la entrega y solo se fueron de ahí hasta que recibieron una solución. Ese día regresaron a su casa con las pastillas, después de varias llamadas, e idas perdidas. Ahora, la situación se está repitiendo, solo esperan no durar tres meses más en busca de una solución.

La espera para obtener las medicinas puede ser de hasta tres meses. / FOTO DANIELA BUENO
Las medidas que se han tomado en el país por la llegada de la covid-19 buscan cuidar principalmente a las personas de la tercera edad. Por esta razón, asistir a los consultorios médicos, tomar exámenes de rutina y reclamar los medicamentos se ha vuelto más difícil. Y aunque no ha cambiado la larga espera que ya se venía presentando, para algunos esta situación los ha beneficiado.
Marina Bueno Guevara es una de ellas. Fue diagnostica como paciente de riesgo cardiovascular. Sin necesidad de filas o largas llamadas recibe sus medicinas en la puerta de la casa. Al igual que María y Hernando, sus consultas se hacen vía celular. Una llamada que la comunica con el doctor es suficiente para conocer su estado de salud. “Me llaman para confirmar la entrega y dos o tres días después llegan las pastillas”, comenta Víctor Daniel, el hijo de Marina. Él es el encargado de estar pendiente de su mamá. “Hasta el momento todo ha estado bien. Es más, me gusta más esta manera porque no debo ir hasta Floridablanca por las pastillas”, complementa.

Debido a la pandemia las citas médicas se están brindando a través de ‘teleconsultas’, por medio de una llamada las personas reciben este servicio de salud. / FOTO DANIELA BUENO