Colombia es el primer país con más diversidad de aves en el mundo. Según Proaves, organización sin ánimo de lucro enfocada en la preservación de la biodiversidad colombiana, para el 2016 el número de especies había aumentado a 1.937, tal como se documentó en el volumen 24 de su revista Conservación Colombiana.

Santander cuenta con gran cantidad de aves debido a la riqueza de biodiversidad de los bosques andinos. La totalidad de especies de los andes son 807, es decir el 42% del número a nivel nacional. El departamento tiene registradas 320 que corresponde al 40% de las aves de los andes y el 17% de todo el país.

En el segundo volumen del Libro Rojo de Aves de Colombia, obra que pertenece a la colección realizada por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el Instituto Humboldt y la Pontificia Universidad Javeriana, hay 72 especies que están en amenaza en el país. En Santander hay 18 que están en riesgo y 9 de ellas en un estado más grave.

De las 9 aves, las 5 que están en peligro crítico (CR) son el Paujil de Pico Azul (en Serranía de las Quichas o Cuchilla del Minero), la Perdiz Santandereana (en la Serranía de los Yariguíes), el Colibrí Ventricastaño (en el Cañón del Chicamacha), el Cucarachero de Nicéforo (en el Cañón del Chicamocha, San Gil y alrededores) y el Chango de Montaña (en el Páramo de Santurbán y bosques en Piedecuesta y Floridablanca). Las 4 restantes que están en peligro (EN) son el Cóndor Andino (también en el Páramo de Santurbán), el Colibrí Inca Negro (en Virolín y Serranía de los Yariguíes), el Torito Capiblanco (en la Serranía de las Quinchas) y el Hormiguero Pico de Hacha (en Bucaramanga).

La población de Chavarríes está amenazada por la extracción de huevos y polluelos, la pérdida de su hábitat y la contaminación del mismo. / FOTO ELKIN BRICEÑO LARA
La población de Chavarríes está amenazada por la extracción de huevos y polluelos, la pérdida de su hábitat y la contaminación del mismo. / FOTO ELKIN BRICEÑO LARA

Factores detonantes

La causa por la cual no solo las 18 especies en peligro sino la fauna avícola está siendo afectada se debe a intervenciones en sus hábitats naturales, como lo es el insostenible uso y aprovechamiento de los recursos biológicos de la región. Ejemplo es la cacería, el tráfico ilegal, la tala de bosques que puede ser para el comercio de madera o ampliación de las fronteras de tierra utilizadas para la agricultura y el ganado.

Según James Anker Murillo Osorio, director ejecutivo de Cabildo Verde, “hay otros elementos que ni siquiera están calculados como la utilización de agroquímicos, el deterioro de los bosques y sequía de humedales y ciénagas debido a cambios climáticos, los monocultivos como la palma africana, el caucho, el arroz”.

También, dice Murillo Osorio, hay factores relacionado con lo social por la “demanda de recursos de la población subnormal” como lo es la creación de asentamientos en zonas boscosas, en donde las personas realizan casas con leña y se van apropiando del espacio, o la tenencia ilegal como mascotas domésticas.

Otros factores listados en estudio “Aves amenazas en el departamento de Santander”, realizado por la Corporación Regional Autónoma de Santander (CAS), Biótica Consultores y Cabildo Verde, son la explotación de recursos no renovables como petróleo, oro, carbón y gas; la construcción de embalses, represas y además de canales de transporte terrestres como vías.

Zonas de preservación

Las 18 especies de aves amenazadas están distribuidas por el departamento, y la continuidad de cada población depende de área en que se encuentre. El 8% están en áreas protegidas que pertenecen al Sistema de Parques Nacionales Naturales de Colombia; el 95% están en parques regionales o Distritos Regionales de Manejo Integrado (DRMI), que “son figuras de proyección pero son laxas; en un DRMI es permitido el uso de los recursos naturales” dice Luis Fernando Cáceres Gómez, director general de Biótica Consultores; y el 38% restante en áreas sin declarar.

Tres casos concretos que pertenecen a este último 38% son el Colibri Ventricastaño y el Cucarachero de Nicéforo que habitan en el Cañón del Chicamocha, y el Chavarrí localizado hacia el Magdalena Medio, ya que “no hay reservas en donde se encuentran estas especies”, según Cáceres Gómez.

Para definir una zona en Santander “uno de los departamentos más deforestados, lo que se hace con las estrategias de conservación son acciones de salvamento, rescatar lo que quedó, salvarlo y declararlo como área protegida. Para establecerlas se busca que tengan altos índices de biodiversidad de su ecosistema, que sea amplia y homogénea, y que se identifiquen objetos de conservación que son unidades como especies, paisajes o ecosistemas”, dice Elkin Briceño Lara, especialista en conservación de los recursos naturales y docente de la Universidad Pontificia Bolivariana.

Algunas de las zonas declaradas para la preservación en la región, menciona Briceño Lara, son el Parque Regional del Páramo de Santurbán, el Cerro La Judía, el Parque Natural El Rasgón, la Serranía de las Quinchas y el Parque Natural Regional Misiguay.

Créditos de fotos e ilustraciones: Biótica Consultores y estudio “Aves amenazadass en el departamento de Santander”.

Por Lucía Jeaneth Gualdrón C.
lgualdron195@unab.edu.co

 

Universidad Autónoma de Bucaramanga

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