Rene Alexander Palomino R.*
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Próximamente llegará a salas ‘La maestra de Kinder’, una película franco-israelí dirigida por Nadav Lapid, que ha estado seleccionada en varios festivales y que estuvo en la semana de la crítica del Festival de Cannes de 2014.
Sarit Larry interpreta a Nira, una maestra de kínder en Israel, a esta institución asiste el pequeño Yoav interpretado por Avi Shnaidman, quien posee un talento innato para la composición lírica y una o dos veces por semana comienza a caminar en círculos y narra espontáneamente complejos y bellísimos poemas de su autoría.
La que primero nota el talento del pequeño es su niñera, incluso ella le roba algunos de estos poemas para presentarlos en sus pruebas como actriz. La maestra, quien también ha notado el potencial de Yoav, conversa con ella y le dice que hay que tratar de registrar esas composiciones de algún modo, pero la niñera se distrae fácilmente.
Nira es la esposa de un ingeniero, y madre de dos jóvenes adultos, uno de ellos ya se enroló en el ejército israelí. Ella en sus ratos libres asiste a un grupo de poesía, donde comparte esta afición con otros jóvenes y adultos. Sabe que el camino para los poetas es adverso en un mundo contemporáneo donde la poesía al parecer no es importante o primordial para desenvolverse en el ámbito laboral, por esta razón proteger a Yoav y tratar de preservar su talento se le convierte en una suerte de obsesión.
Incluso en el mismo circulo de los aficionados a la poesía, las pequeñas creaciones de Nira son expuestas bajo valoraciones
excesivas y subjetivas. La película cuestiona la percepción del arte en el mundo contemporáneo en donde el oficio del artista es medido por su éxito económico y su ascensión en la escala social, al igual que el resto de profesiones. Por esta razón sabe que si no protege al pequeño en pocos años él posiblemente dejará de crear los poemas y perderá su talento para seguir los pasos de su padre, un empresario de restaurantes a quien no le agrada que su hijo sea visto como un poeta.
El círculo se va cerrando para la ansiosa maestra, quien considera que el talento de Yoav debe preservarse para el mundo, por esta razón tomará decisiones radicales en contravía del imaginario instalado socialmente en los adultos, para quienes estas composiciones líricas son algo sin importancia.
Nadav Lapid, que ya había demostrado su talento con su ópera prima ‘Policeman’ de 2011, en esta película presenta dos complejos personajes, la maestra que da la impresión de querer preservar el talento de Yoav, como una segunda oportunidad que la vida ya le había negado a ella, y el pequeño Yoav, quien en una actuación hermética logra un personaje talentoso y misterioso.
La puesta en escena hace partícipe a una cámara que va tomando partido, que a través de la composición de la imagen y a sus movimientos (a veces en círculos sobre el personaje) pretende dar cuenta de los cuestionamientos internos a los que son sometidos los personajes en el relato, la maestra por ejemplo, cuenta con una vida realizada desde el imaginario social, pero que necesita ciertas válvulas de escape de su vida cotidiana, como sucede en la escena del baile, y Yoav como una suerte de pequeño Mesías, que también se contamina del necesario juego con los otros niños, que salta, corre y grita, pero que es el único que posee esa faceta sublime del poeta.
También llegara a salas la película ‘Chronic’, del mexicano Michel Franco, la cual fue titulada acá como ‘El último paciente’ y cuenta con un afiche promocional algo desafortunado, pero no se dejen engañar por la apariencias, es una gran película y aborda una temática algo descuidada en el cine, sobre la situación de los enfermos terminales durante sus últimos días, además es protagonizada por Tim Roth. Sobre esta película se escribió hace algunas semanas en esta misma columna.
*Docente del Programa de Artes Audiovisuales de la UNAB.