La clausura de la feria de Bucaramanga estará protagonizada por figuras obtenidas de la técnica fallera, arte que consiste en moldear el icopor, materia prima de las esculturas, hasta conseguir formas determinadas.
Esta idea llegó a Bucaramanga de la mano de Antonio ‘Toni’ Fornés, un hombre que trajo la tradición de su ciudad natal Valencia (España), para enseñarla a los artesanos de la ciudad.
Las Fallas de Valencia son unas fiestas que se realizan del 15 al 19 de marzo, incluidas desde 2016 en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). En esta celebración se esculpen esculturas que tienen “carácter satírico y pueden medir alrededor de treinta metros de altura”, dice ‘Toni’ Fornés en un notable castellano. Durante las festividades “se ponen 380 fallas grandes y 380 pequeñas, para niños”.
El taller en Bucaramanga está liderado por la Alcaldía, el Instituto Municipal de Cultura y Turismo (Imct) y los artistas Antonio Fornés, (con 26 años de experiencia), y Nora Soto, esposa de Fornés, encargada de la pintura y la estética de las figuras. El proceso de planeación inició hace dos meses, con las propuestas de los dibujos, y las propuestas del Imct para el desarrollo de guiones.
Primero, se hacen los dibujos; luego, se realizan maquetas con los personajes a escala; después, se moldea el icopor para formar las figuras antes establecidas; a continuación, se hace una preparación (se empapela y se lija) para que la porosidad del material se disminuya al punto de que quede completamente liso, “como porcelana”, indica Fornés. Por último, se hace el montaje de la estructura y se le aplica el color.

El diseñador principal es el español y de él se desprenden tres líderes (Nora Soto, Sergio Casadiego y Omar Quijano) quienes se encargan de guiar la parte de entallado, preparación y pintura. Por último, están los encargados de adornar la falla con materiales como la espuma o el poliéster para dar ciertas texturas. Aparte está la sección de carpintería que como indica Jorge Cáceres, uno de los capacitados, “es la parte más importante, pero la que menos se ve”, acá trabajan las personas encargadas de crear los soportes de las figuras.
Las personas que hacen parte del proyecto han sido formadas para este taller. Este año están trabajando en crear los protagonistas que adornarán diez carrozas y una falla inmóvil que se ubicará en la Plaza Cívica ‘Luis Carlos Galán Sarmiento’, la cual maneja como temática el páramo de Santurbán acompañada de rostros que han hecho polémica en Colombia y en la región.
Las diez carrozas tienen diversos temas: una dedicada a la literatura que resaltará a los escritores Rafael Pombo y Julio Verne; se exhibirán las figuras de Mirringa Mirronga y Rin Rin Renacuajo y el francés estará representado por el submarino Nautilus que aparece en las novelas “La isla misteriosa” y “Veinte mil leguas de viaje submarino”.
Una carroza dedicada al Atlético Bucaramanga; otra que resalta elementos representativos de la región, y una más en honor al botánico Juan Eloy Valenzuela y a la naturaleza. También habrá una con temática de los demonios que llevará fuegos artificiales, también se resaltará el bravío de la población indígena Guane; no se descuidará la niñez; y por último, una dedicada a la mujer, decorada en su totalidad con flores.
Alrededor de cincuenta personas hacen parte de este proyecto, 14 maestros falleros y 30 auxiliares que colaboran ya sea al estucar, empapelar, lijar o pintar, solo ocho mujeres conforman el equipo.

La labor es remunerada, a parte de la instrucción en al arte fallero, también reciben un incentivo económico. Hacer estas fallas es su trabajo por este tiempo, Didier Chacón hace parte del proyecto porque según él, “en primera instancia necesitaba plata y se volvió apasionante aprender esto”.
Las personas inscritas en este taller fueron 18 de las cuales se seleccionaron 14 por cumplir los cuatro requerimientos: formación académica y experiencia en artes plásticas, formación académica y experiencia en la técnica fallera y presentar un portafolio de trabajos realizados. Ellos tuvieron que hacer primero una capacitación para formar parte del equipo encargado de crear las fallas y por el trabajo que están realizando para la feria reciben un incentivo económico alrededor de 8 millones de pesos que se cancelan en dos pagos mensuales cada uno del 50% del valor total.
El taller donde se reúnen a trabajar es en una bodega que está ubicada en la calle 22 No. 17-37, en el barrio San Francisco. Allí se trabaja todos los días, inicia la jornada desde las siete de la mañana hasta las seis de la tarde para poder cumplir con el cronograma establecido, pues las carrozas que mostrarán el resultado del curso fallero se exhibirán el sábado 22 de septiembre en el denominado Desfile de la cultura recorriendo la carrera 27 en sentido norte-sur.
Este año, aparte del desfile de las carrozas, la feria incluye eventos de moda, música, teatro, danza, magia, gastronomía y conciertos que llegarán hasta los barrios y comunas de la ciudad.
Por Azarith Acuña Gómez
macuna308@unab.edu.co