El parque automotor en Bucaramanga sigue en aumento. De 189 mil 412 vehículos registrados en diciembre de 2015 se pasó a 194 mil 205 en julio de este año. Como solución a esto, se construyen obras viales para tratar de descongestionar la ciudad. Sin embargo, ¿esto es suficiente?
Según Héctor Gerardo Cáceres, gerente de Movilidad y Servicios de Girón, exdirector de Tránsito de Santander y Cartagena, y exgerente de Metrolínea, cuando se terminen las obras del Tercer Carril el trancón se trasladará a otras zonas de la ciudad. “Usted puede hacer todos los kilómetros de vía que quiera pero si no existe orden y disciplina en los conductores es insuficiente. Cuando funcione la ampliación del viaducto el problema llegará a las carreras 15 y 27 con calle 56, porque se va a volver a embotellar el tráfico, lo mismo va a pasar con el sector de Diamante y Provenza”, expresó Cáceres Rincón.
Por otro lado, Miller Humberto Salas Rondón, nombrado por el alcalde Rodolfo Hernández Suárez como el director de la Dirección de Tránsito de Bucaramanga (DTB) al inicio de su mandato, asegura que ya terminadas las obras serán una solución a corto plazo, pero con el pasar del tiempo volverá la congestión. “Seguramente mejorará la movilidad en Bucaramanga con las nuevas vías como la del Tercer Carril y la Quebradaseca, sin embargo, a futuro colapsaría, porque el crecimiento de la demanda del parque automotor es mayor al crecimiento de la oferta de la infraestructura”, enunció el director Salas.

Cambios viales
Teniendo en cuenta el problema de movilidad que se vive día a día en Bucaramanga, la DTB implementó cambios viales como alternativa a la descongestión vehicular. Los más importantes fueron: Dividir con conos de señalización los carriles que desde la Puerta del Sol, sobre la carrera 27, se dirigen a Floridablanca y Girón; prohibir el cruce hacia el sur en la carrera 27 con 56 para evitar la congestión en las carreras 27 y 28 y la calle 56; transitar en sentido sur – norte en la carrera 23 entre calles 50 y 56 del barrio La Concordia, y dejar
en un único sentido, oriente – occidente, el paso de vehículos en la calle 60 entre las diagonales 11 y 13 de la Ciudadela Real de Minas.
Para Cáceres Rincón algunas medidas como la de prohibir el giro a la izquierda en la carrera 27 con 56, es acertada porque “técnicamente no es recomendable girar a la izquierda”, pero asegura que el problema radica en que “las vías no están a la altura para soportar un gran número de autos”, por lo tanto los cambios viales no son la solución.
Javier Villabona Ortiz, comandante general de los agentes de Tránsito de Bucaramanga, aseguró que los cambios realizados no solo ayudan a mejorar la movilidad, sino que reducen el riesgo de accidentalidad, “en el cambio del giro de la calle 56 también se van a reducir los accidentes, porque ya no habrán cruces con los que venían por la calle 56 en sentido occidente-oriente; por lo tanto, no habrá ningún tipo de conflicto”, expresó el comandante Villabona. Finalmente Salas confirmó que durante su dirección también se harán cambios en las carreras 33 y 28 pero no preciso cuando y cuales serian, se construirán aproximadamente 20 kilómetros de cicloruta y se modernizará la red de semáforos para volver a contar con uno de los mejores sis- temas a nivel nacional, como en 1980 cuando Bucaramanga fue la primera ciudad en tener semáforos electrónicos en Colombia.
Transporte informal
Según la Dirección de Tránsito de Bucaramanga (DTB) al año se registran 5.157 comparendos ATI, un promedio de 736 al mes, el comandante general de los agentes de tránsito de Bucaramanga Javier Villabona Ortiz confirmó que un comparendo ATI cuesta 20 millones 683 mil 620 pesos, lo que equivale a 30 salarios mínimos legales vigentes.
Para el comandante Villabona el transporte informal nace por la cultura del usuario, que en su afán de llegar rápido a su destino coge “lo más fácil y lo más barato”; por otro lado, Cáceres afirma que la aparición de la conocida piratería, el mototaxismo e incluso plataformas como Uber “son el resultado de un mal servicio de transporte público”.
Sin embargo, con el fin de acabar, o por lo menos reducir el transporte informal en la ciudad, “se han realizado operativos mediante un convenio con la Policía Nacional para llegar a los llamados terminalitos, donde nace el problema del transporte informal, además se han organizado alianzas con los demás tránsitos a nivel municipal para tratar de erradicar el problema”, expresó el director Salas.
Gilberto Hernández Castillo, conductor de transporte público por más de diez años en Bucaramanga y su área metropolitana, afirma que el transporte informal no terminará hasta que existan las herramientas y las facilidades para poder prestar un buen servicio. “Me pongo en la posición de la gente, por ejemplo si salgo después de ocho horas de trabajo cansado, y veo que una moto o un pirata me va llevar por un precio muy cercano al del Metrolínea, pues lo pago, además voy a llegar más rápido a ver a mi familia y a descansar, es lo más obvio”, comentó Hernández. Finalmente la inmovilización del vehículo o motocicleta por un comparendo ATI por primera vez es de cinco días; la segunda vez por 20 y se suspende la licencia de conducción del propietario del medio de transporte, y la tercera vez por 30 días.
Por José Mauricio Quiroga G.
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