Leila Guerriero (Argentina)
Quizás una de las palabras con las que más se recuerda a esta cronista argentina es gráciles. ¿Por qué? Tal vez porque en su crónica “El rastro en los huesos” dimensionó la crueldad de la dictadura de la Argentina, y les dio rostro y vida a los cientos de relatos sobre hombres y mujeres –muchos universitarios- ejecutados y desaparecidos por el régimen militar durante los años 70, y que décadas después fueron emergiendo de las fosas comunes tras el trabajo de una Comisión de la Verdad.
Gracias a esta crónica ganadora del premio Cemex – FNPI 2010, supimos que la mujer no solo es más frágil que el hombre porque éste es más fuerte en la guerra, sino porque su anatomía lo decidió así. “Y es así: los huesos de las mujeres son gráciles”.
Guerriero es para el periodismo narrativo latinoamericano aquella dosis de genialidad y constancia que a veces se pierde en las salas de redacción de los medios. Al oírla dar recomendaciones a las nuevas generaciones de periodistas, se pensaría que es un periodista de investigación que pasa el día con una agenda debajo del brazo buscando hacer caer a algún político corrupto, pero no es así.
La rigurosidad y la meticulosidad en su oficio las usa para no inventar nada que no se haya visto u obtenido de parte de sus fuentes, para poner a danzar las palabras y las frases adecuadas al ritmo que la historia lo necesite. “Uno no debe ponerse en el rol de periodista policía. Recuerden que el ser humano puede cambiar de opinión. Ser curiosos, pero no ser ignorantes”, asegura.
Entre sus obras más reconocidas figuran “Los suicidas del fin del mundo” (2005), “Plano americano” y “Una historia sencilla” (2013) y “Zona de obras” (2014). Revistas como Gatopardo, Soho, Rolling Stone y el portal Anfibia también han publicados sus crónicas. ActuaLmente es una de las maestras y talleristas de la Fundación Nuevo Periodismo ‘Gabriel García Márquez’.

Alfredo Molano Bravo (Colombia)
Este sociólogo egresado de la Universidad Nacional de Colombia se ha valido del periodismo y de la literatura para narrar la realidad de las comunidades rurales del país. De su puño y letra, y respaldado por géneros como la crónica, ha lanzado importantes libros que abordan la complejidad de los procesos sociales, marcados por la violencia, el desplazamiento, el despojo de tierras y la historia de las guerrillas. Su obsesión, como lo dijo en una entrevista a El País de Cali, es “entender el origen de las Farc” y mirar la guerra desde el “ángulo en que la miraría un campesino”.
En su tercera visita a la Feria del Libro de la Unab hará parte de un panel sobre reconciliación y además presentará su más reciente libro, “A lomo de mula. Viaje al corazón de las Farc”. Bajo el sello editorial Aguilar, el libro narra cómo el Plan Lazo, ejecutado en el Gobierno de Guillermo León Valencia, fue la estrategia militar que permitió los bombardeos a los comandos de autodefensas campesinas del sur del Tolima, que hasta entonces se conocían como Bloque Sur, y que se ubicaron en las poblaciones de Villarrica, Marquetalia, El Pato, Guayabal y Riochiquito, y que contrario al pronóstico, terminaron dando origen a la leyenda de Manuel Marulanda Vélez, y al mito fundacional de las Farc.
Aquellas comunidades de campesinos y liberales, y también de comunistas, que estaban recluidos en esas poblaciones como refugio de la violencia conservadora adelantada por “chulavitas” y “pájaros”, fueron finalmente atacadas después de la orden dada por León Valencia al Ministro de Guerra, luego de que en el control político adelantado por el entonces senador conservador Álvaro Gómez Hurtado, el día 20 de octubre de 1961, sobre la reforma agraria de la que era acérrimo enemigo, éste tildara a los comandos de autodefensas campesinas de “repúblicas independientes”, expresión que tomó de Primo de Rivera, quien la utilizó para estigmatizar a los catalanes en la guerra civil española.
Así, dentro de la estrategia miliar se adelantó la Operación Soberanía, la cual tenía como propósito neutralizar a Pedro Antonio Marín, cuyo nombre de guerra ya era “Manuel Marulanda Vélez” o “Tirofijo”, y quien tenía a sus hombres apostados en la vereda de Marquetalia, corregimiento de Gaitania (llamada así en homenaje a Jorge Eliécer Gaitán) en el municipio de Planadas, Tolima. Lo que ocurrió no fue el exterminio de la guerrilla, sino el origen de las Farc, que pasaría a ser la guerrilla más antigua del mundo, cuyo comandante moriría en medio de la guerra. Molano vuelve a esta historia 50 años después, y a lomo de mula nos transporta a la Marquetalia de hoy.
Gervasio Sánchez (España)
“Prefiero alabar mis fotografías menos conocidas que las más conocidas”, dice Gervasio Sánchez cuando se le pregunta sobre lo que piensa de su producción como fotógrafo. Quizá lo anterior se traduce en que para él su especialidad, la reportería gráfica en zonas de guerra, ya no le permite dividir qué es más o menos importante, y se la juega por lo sencillo, por aquello que le permita más allá de una buena foto, una imagen que no necesite palabras para ser narrada.
Para Sánchez, quien ha trabajado para la Cadena SER y La Vanguardia, ambos de España, y la BBC de Londres, y que ha recibido importantes premios como el Ortega y Gasset de fotografía (2008), no ha sido suficiente poner frente a su lente la realidad de las guerras y la violencia latinoamericana. Ha tenido que visitar la guerra del Golfo Pérsico, los Balcanes y Ruanda; el conflicto en Afganistán, Irak y Camboya.
“Si no sientes el dolor de las víctimas no puedes transmitir con decencia”, comenta a propósito de uno de los trabajos más importantes de su carrera, el cual condensa en el proyecto de fotografía documental “Desaparecidos”, la desaparición forzosa en diez países de América Latina (entre los que se encuentra Colombia), Asia y Europa.
Sergio Ramírez Mercado (Nicaragua)
Este abogado, escritor y periodista es miembro de la junta directiva y maestro de la Fundación Nuevo Periodismo ‘Gabriel García Márquez’ (Fnpi). Además de ser reconocido por su participación en el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y por su rol como vicepresidente de Nicaragua en 1985, tras el derrocamiento de la dictadura de Anastasio Somoza Debayle.
Con el paso del tiempo expandió su labor literaria al cuento, la ficción, el ensayo, la crítica literaria y la crónica. Ésta última lo llevó en 2009 a participar en la serie ‘Testigos del horror’ del periódico El País y Médicos sin Fronteras, donde el escritor nicaragüense narró la miseria y la violencia de Haití.
Ha sido reconocido por varios premios entre los que figura el Laure Bataillon 1998 a mejor libro extranjero traducido en Francia, por “Un baile de máscaras”, así como el Internacional de Novela Alfaguara 1998, cuyo jurado estaba presidido por Carlos Fuentes, por “Margarita, está linda la mar”. Gracias a esta novela, en el 2000, Ramírez Mercado recibió el Premio Latinoamericano de Novela ‘José María Arguedas’, otorgado por la Casa de las Américas, en La Habana, Cuba. De acuerdo con el jurado, el galardón le fue otorgado por “el magistral modo en que vincula la historia y la ficción, la política y la poesía, (…) y por haber logrado encontrar un espacio entre las obras clásicas de la narrativa latinoamericana contemporánea”. El reconocimiento más reciente lo recibió en 2011 y fue el Premio Iberoamericano de Letras ‘José Donoso’ de Santiago de Chile por su contribución de su trabajo literario y por “el contexto moral y ético en el que se enclava su obra”.
En la ciudad de Managua es director de la revista electrónica de ámbito cultural y literario Carátula.
En su más reciente visita a México, a la Feria Internacional del Libro de Azcapotzalco, en la que presentó su libro “La marca del Zorro”, la primera biografía del guerrillero y comandante sandinista, Francisco Rivera Quintero, Ramírez expresó que “el tiempo de las revoluciones armadas en América Latina se terminó; ahora vivimos un momento de prueba y error”.

Alejo Vargas Velásquez (Colombia)
El profesor Alejo, como se le conoce en las aulas de clase, fue reconocido en 2015 como uno de los líderes del país por la revista Semana y la Fundación Democracia y Liderazgo, por el papel que ha desempeñado como director del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz de la Universidad Nacional de Colombia.
En los ámbitos nacional e internacional, Vargas Velásquez ha sido un “facilitador” para alcanzar la paz entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc. Como suele afirmar en cada espacio en el que le permiten expresar sus ideas, mientras esté en sus manos y pese a los fracasos que se presenten, persistirá, pues “los amigos de la paz negociada no podemos darnos el lujo de ser pesimistas”.
En la actualidad este trabajador social egresado de la Universidad Industrial de Santander y doctor en Ciencia Política de la Universidad de Lovaina (Bélgica), es columnista del periódico El Colombiano de Medellín y entre sus publicaciones se encuentra “Reforma militar en Colombia: contexto internacional y resultados esperados” (2006) y “Colombia: escenarios posibles de guerra o paz” (2010). En Ulibro 2016 estará como parte de un panel en el que se hablará sobre reconciliación.

Claudia López (Colombia)
Si bien la senadora Claudia López (Alianza Verde) es reconocida por sus debates y por desenmascarar todo lo que tenga conexión con la corrupción, lo cierto es que antes de llegar al Congreso era reconocida por su faceta como investigadora y por desentramar los vínculos entre políticos y paramilitares. Algunos de los textos publicados por esta profesional en Gobierno y Finanzas, Administración Pública y Ciencia Política han sido “Parapolítica, la ruta de la expansión paramilitar y los acuerdos políticos” (2007), así como “Y refundaron la patria… De cómo mafiosos y políticos reconfiguraron el Estado colombiano” (2010), el cual revela cómo, durante los años 90, “una tercera parte de los cargos políticos en las ramas legislativa y ejecutiva, desde instancias locales hasta la nacional, fue capturada por organizaciones armadas y mafiosas”, y “Llevar el Estado a las regiones ¿Qué deberíamos preguntarnos?” (2013).

Paco Gómez Nadal (España)
Este periodista español ha trabajado para medios como la Cadena SER y la ABC. Durante los años 90 llega a Colombia y hace parte del equipo periodístico del periódico El Colombiano de Medellín. Finalmente, parte a su país natal y se vincula al diario El País, y se convierte en periodista de la sección Internacional, en donde cierra este ciclo en el 2000.
Regresa de nuevo al territorio colombiano, esta vez a Bucaramanga, e integra el equipo de profesores del énfasis de Periodismo del programa de Comunicación Social de la Unab, asume la dirección del departamento de Comunicaciones de dicha universidad y hace parte del equipo que crea el Periódico 15. Las labores organizacionales no le impidieron seguir vinculado al periodismo. Con frecuencia escribía reportajes para revistas como Gatopardo y Cambio. Sin embargo, la masacre de Bojayá le dio un nuevo giro a su carrera y lo llevó a contar el horror del conflicto colombiano en el Medio Atrato a través de las páginas de su libro “Los muertos no hablan” (Aguilar, 2002).
En los últimos años ha destacado por su participación en el portal Otramérica, donde aún es coordinador de proyectos. Además, es voluntario de Human Rights Everywhere donde promociona y participa de acciones por los Derechos Humanos tanto en el pacífico colombiano como en Panamá.
Su último libro, el cual presentará en Ulibro 2016, se titula “La guerra no es un relámpago” (Ícono), “un relato coral de la situación de guerra y las expectativas de paz en Colombia”, según afirma su página web www.pacogomeznadal.com.