
Por Lucía Galvis Gómez
mgalvis529@unab.edu.co
“Choqué con muchas personas a través de mis redes sociales porque me escribían ‘eres una irresponsable, tú no puedes entrenar’. Siempre mis entrenamientos fueron bajo el mando de personas que saben, neonatólogas, pediatras, entrenadores físicos que me decían cuándo y cómo hacerlo, siempre pensando en nuestro bienestar”, afirma Yeimy Dayanna Serrano Pérez, ingeniera civil, atleta crossfit, quien a sus 24 años y tras 39 semanas de embarazo (noveno mes) se mantiene constante en su entrenamiento.
Hoy en día es evidente que la importancia del ejercicio ha aumentado no solo por estética sino por salud, en personas de todo tipo de edad, y muchas mujeres en estado de embarazo se preguntan si pueden o deben hacerlo durante esta etapa, ya que las preocupaciones más grandes son que con la práctica de actividad física el riesgo de aborto involuntario aumente, que su bebé nazca antes de tiempo o que tenga bajo peso al nacer. Sin embargo, cuando las madres gestantes acuden a las consultas médicas rutinarias, son informadas de que la buena práctica al ejercitarse y un debido acompañamiento no representa ningún riesgo para la madre como para el bebé, una mala práctica y la desinformación al respecto sí pueden llegar a desencadenar ese tipo de problemas.
Cuando una mujer sabe que espera un hijo comienza a tener cambios, asumiendo un estilo de vida activo o sedentario cuando lo correcto es averiguar qué tipo de embarazo se lleva, además de evaluar qué tanta actividad física hacía antes de quedar embarazada para que se implemente un plan adecuado que beneficie a ambas partes.
Durante la gestación “se puede hacer cualquier tipo de ejercicio que no sea de alto impacto como las pesas ya que esto puede aumentar la presión intra-abdominal y podría presentar algún inconveniente”, afirma Delgzar Raúl Gómez Pereira, médico ginecólogo y obstetra.
Durante el primer trimestre lo ideal es efectuar “caminatas por periodos de tiempo corto y luego, después de las 12 semanas ya puede nadar, caminar y pilates”, agrega Javier Noriega Rangel, médico ginecólogo y obstetra.

Factores positivos
Los profesionales de la salud coinciden en decir que una de las ventajas de hacer deporte durante la gestación es la liberación de endorfinas, una hormona que influye en la sensación de bienestar y relajación; otro beneficio está en conseguir una mejor apariencia no solo en la forma del cuerpo con una ganancia de peso saludable sino en el aspecto de la piel.
Para el momento del parto, haber hecho algún tipo de práctica deportiva ayuda a mejorar la postura, tonificar los músculos de la espalda, glúteos y muslos, además de fortalecer la pelvis. Después del parto la mujer podrá recuperar más rápido la silueta que tenía antes del embarazo, esto si se acompaña de buena alimentación y lactancia.
En cuanto al bebé los beneficios son a nivel del corazón, regulando y estabilizando su frecuencia cardiaca, y lo más importante, mejorando las posibilidades de lograr un parto exitoso.
Recomendaciones
En el caso de una mujer que ha llevado un estilo de vida activo o atlético y busca continuar con normalidad su rutina, lo primero que debe hacer es consultar con su ginecólogo obstetra. Si tiene acceso a algún gimnasio, centro deportivo especializado o club médico deportivo puede asesorarse con un fisioterapeuta, deportólogo o entrenador profesional y si es un embarazo de alto riesgo debe asistir a consulta con un perinatólogo, en esta última situación, para saber si puede continuar con ejercicio moderado o debe mantener reposo. Si ha sido una mujer sedentaria que quiere iniciar una actividad física durante el embarazo también deberá hacer las respectivas consultas, teniendo en cuenta que lo más probable es que no le permitan el mismo nivel deportivo.
“Yo entrenaba todos los días, pero desde que quede embarazada no pude volver. Cuando tenía cuatro meses comencé a tener complicaciones y me diagnosticaron un embarazo de alto riesgo, desde ese momento el único ejercicio que hago es nadar y caminar”, asegura Karen Tatiana Mantilla, estudiante de 21 años con ocho meses de embarazo.
De igual forma, las Entidades Promotoras de Salud (EPS) brindan programas de promoción y prevención los cuales no tienen costo y en los que brindan asesorías en temas de salud gestacional y cursos profilácticos.
“Yo no hice ejercicio durante el embarazo porque yo tuve una cirugía a nivel abdominal y debí haber esperado más tiempo para quedar embarazada, entonces me mandaron reposo porque se podía convertir en embarazo de alto riesgo”, afirma Luisa España Pantoja, embarazada de 26 años en su tercer trimestre gestacional.
El ginecólogo Noriega Rangel afirma que lo ideal es que las pacientes que quieran practicar actividad física durante el embarazo tengan “un plan individualizado que les permita adaptarse y prepararse para un trabajo de parto, pero adicionalmente para no tener una ganancia de peso exagerado, el cual, posterior al nacimiento del bebé, es muy difícil de bajar o de llegar a un peso ideal”, además agrega que si son mujeres que han llevado un estilo de vida de poco movimiento sí deben tener un plan de ejercicio dirigido idealmente en centros donde se permita esa valoración adecuada por un deportólogo o instructor de gimnasio.
En el caso de muchas atletas como Serrano Pérez es difícil dejar una actividad que se ha vuelto un hábito, ella se enteró de su embarazo finalizando el primer trimestre y no cambió su forma de entrenar exponiéndose a un aborto involuntario o desprendimiento de placenta. Ella como entrenadora recomienda durante esta etapa bailar y hacer pilates, aunque si son personas que prefieren las pesas lo correcto es ir disminuyendo notablemente el peso para que al final todos los ejercicios que se hagan sean únicamente con el peso del cuerpo y “la barriguita”.
“La mujer puede ejercitarse durante el embarazo y no hay ningún problema, siempre y cuando no tenga amenaza de aborto, amenaza de parto pretérmino, no haya sangrado y no tenga alguna patología que lo contraindique como un problema cardiaco o pulmonar; el embarazo como tal no restringe ninguna actividad física”, agrega el ginecólogo y obstetra Gómez Pereira. La recomendación más importante para el médico Noriega Rangel “es un plan de ejercicio adecuado en tiempo y en frecuencia seis veces por semana a partir de la semana 12 por los riesgos de aborto y se puede tener hasta el final de la gestación sin problema”.
Algunas de las actividades más aceptadas y recomendadas para las mujeres con un embarazo sano son: yoga, natación, caminata, pilates, baile, aeróbicos de bajo impacto y los ejercicios de Kegel, los cuales consisten en contraer los músculos pélvicos para fortalecerlos y así facilitar el parto. Todo esto teniendo en cuenta siempre estar bajo asesoría de un experto para que realmente sea beneficioso y no represente ningún tipo de problema.