Por Felipe Jaimes Lagos
fjaimes349@unab.edu.co
Cada año, el tercer sábado de agosto, se conmemora el Día Internacional del Animal Sin Hogar. Esta fecha tiene como objetivo educar a las personas sobre el abandono de mascotas, los animales salvajes y los beneficios de la esterilización de los animales domésticos. La decisión data de 1992, cuando la Sociedad Internacional para los Derechos de los Animales (Isar, por su sigla en inglés), declaró y promovió la efeméride.
28 años después de esta decisión, se conoce que el 70 % de los perros que existen en todo el mundo no tienen una residencia estable, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) recogidos por la Real Sociedad Canina de España (Rsce). Esto supone que, de los 800 millones de perros contabilizados, unos 560 millones vivirían abandonados.

Dentro de esos 560 millones de animales en condición de calle, se encuentran los cinco perros que viven bajo la custodia de Gladys Figueroa Suescún, quien aloja a cualquier animal que lo necesite. En su morada ubicada por los altibajos del barrio Bucaramanga, no faltan los ladridos, maullidos y sobre todo las atenciones de ella, quien es la cabeza de la manada.
A sus 58 años, Figueroa Suescún puso a disposición su tiempo y hogar a los que ella llama “sus hijos”. Al ver el doloroso proceso por el que pasan muchas hembras caninas obligadas a dar a luz crías “de raza”, Gladys se empeñó en adoptar y rescatar perritos en condición vulnerable como oficio de tiempo completo: “Llevo un año en estas y no es fácil, porque todo el esfuerzo va por cuenta propia”.
Los “firulais” en espera y sin tiempo
El primer perro adoptado por Gladys tuvo el nombre de Firulais (nombre común de los perros callejeros), era un cachorro con una pata rota y problemas de parásitos por las condiciones deplorables en las que vivía, “para poner de pie de nuevo a ese animalito tuve que llevarlo al veterinario para desparasitarlo y aplicarle el tratamiento de garrapatas”. Desde el caso de Firulais, cada animal callejero que pasa por sus manos es desparasitado, librado de garrapatas y, lo más importante, esterilizado.

recomienda hacer entre los seis y 12 meses
de edad, en hembras.
En los machos puede
ser a temprana edad, es decir, de cinco
meses en adelante. / FOTO FELIPE JAIMES
En 2018 y 2019 estuvo en vigencia el programa de esterilización y vacunación gratuita a cargo de la Alcaldía de Bucaramanga, el cual benefició a más de 10.000 animales. Sin embargo, la cifra queda corta en comparación con los 70 mil animales entre caninos y felinos que hay en la ciudad. Además, esta cifra pertenece al censo realizado en 2019 por la Alcaldía en convenio con la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Cooperativa de Colombia (UCC), censo que quedó en un 70 % y que sería terminado a mediados de 2020.
De igual forma, el programa de esterilización y vacunación gratuita para este año no se ha efectuado debido a que “no se podía empezar sin la aprobación del Plan de Desarrollo de 2020”, señaló el presidente del Concejo de Bucaramanga, Jorge Humberto Rangel Buitrago.
Calles vacías, pero puertas abiertas
Mientras se terminan los proyectos de inversión y el plan de desarrollo en la Alcaldía, la estadía en hogares de paso y las adopciones de los animales callejeros de la ciudad siguen en pie, sin importar la pandemia que ha paralizado casi todo. César Figueroa Acosta, estudiante de música de 22 años, influenciado por su tía anteriormente mencionada, decidió abrirle las puertas de su casa a Ginebra, una perra de seis meses, de mirada noble y con porte de “chandoberman”.
En julio de este año César por fin recibió a la perra delgada que había llegado al hogar de paso de su tía hace tres meses. Después de cumplir los requisitos para ser adoptante y de que Ginebra se recuperara de las secuelas de “una vida de perros” en la calle. “Ya con el tiempo ella se ha adaptado a nosotros y nosotros a ella”, aseguró César Figueroa.

CÉSAR FIGUEROA
Maullidos latentes antes, durante y después
Las adopciones y los hogares de paso complementan la labor de los 53 albergues ubicados en el área metropolitana de Bucaramanga, en estos conviven cientos de perros y gatos rescatados de las calles. En el barrio El Poblado, de Girón, conviven Gus, Iris y Juno, gato y gatas, junto a Arenita, una perra, todos bajo el mismo techo. Desde 2018, Natalia Chaparro Fuentes, estudiante de psicología de 19 años, ha rescatado, recibido y ayudado a todo gato y perro que ve en condición vulnerable.

perros o gatos que su abandono premeditado conlleva sanciones penales y civiles. No obstante, la tasa de abandono en el país no ha bajado en los últimos cinco años. / FOTO
SUMINISTRADA NATALIA CHAPARRO
El primer huésped de Natalia fue Tom, un gato blanco con toques naranjas de mes y medio, el cual después de una visita al veterinario y algunos cuidados, encontró una vivienda y una familia. Así mismo, nueve felinos más han llegado desde las calles al hogar de paso de Natalia. En ocasiones, venían dentro de una caja como en el caso de Iris y sus dos hermanos. También al domicilio de Natalia llegó Juno, una gata embarazada que dio a luz a seis crías, tres encontraron una familia que las recibiera y Juno se asentó con Natalia y su madre Gloria Fuentes.

La población de caninos y felinos no para de aumentar, ni siquiera por la pandemia de la covid-19. Así como lo muestra el estudio del Instituto de Protección y Bienestar Animal, en cinco años, una gata y su descendencia pueden tener cerca de 11.801 crías y en el mismo período, una perra y su descendencia pueden tener 7.776 cachorros.
Mientras el silencio y la ausencia se manifiestan en las calles por la pandemia, los huéspedes sin hogar continúan su camino con rumbo indefinido, pero con suerte puedan encontrarse con una Gladys, Natalia o César que les tienda una mano.