«Mire, por ese pasillo, ese que se ve hacia al fondo, consigue jugos, de esos que ni siquiera cree que existen, vaya y verá”. Lo dice Julián Pérez, conductor de transporte público, durante el recorrido por la carrera 33, rumbo a la Plaza de Mercado Guarín.

Este es uno de los lugares más concurridos de la ciudad, donde los comensales encuentran desayunos, tamales, caldos y empanadas, pero en especial más de 12 ventas de jugos también considerados bebidas nutritivas y exóticas.

“No lo olvide mi negocio, el número 1213”, repite Trinidad Lizarazo a dos jóvenes quienes gustosos se alejan lentamente de su negocio, luego de tomarse un jugo de borojó, más conocido como potencializador, uno de los más apetecido por los visitantes de la plaza, que contiene huevo de codorniz con cáscara, el cristal del ojo de vaca y el vino sansón. También se distingue por ser afrodisíaco, según los vendedores. “Se venden casi 20 al día,
su aporte vitamínico motiva a las personas a probarlo”, dice Lizarazo, al referirse a las ventas que realiza el día domingo.

En otro punto de la ciudad, en la Plaza de Mercado Central, José Ariza, propietario de la ‘Frutería las brisas’, menciona los efectos secundarios del borojó hacen que la gente se motive a comprarlo”.

El jugo de matrimonio se prepara con cerca de 10 ingredientes. Su costo es de tres mil pesos. /FOTO ANA VELÁSQUEZ

En su caso, este comerciante supera la venta de 30 bebidas de
borojó diarias. El vendedor explica a un cliente que sirve para subir las defensas, mejorar el ánimo, disminuir el cansancio, neutralizar energías para la gente que trabaja en las noches y para lo que quiera.

Cuando el reloj marca las 8:30 de la mañana, los dos vendedores saben que llega la hora pico de las ventas. Aprovechan este momento para ofrecer con euforia sus preparaciones. “¡No se deshidrate! Tome jugo, suba sus defensas”, la repiten siete veces en menos de cinco minutos, con el objetivo de antojar a los visitantes.

“Le tengo el extracto de zanahoria, el juguito verde para adelgazar, el de zapote, el de mandarina, el de mango, el de frijol, el matrimonio”. Este lleva una capa gruesa de salpicón, queso cremoso rallado, granola, leche condensada, fresas, manzana verde y miel, se convierte en un manjar que se consume por $3.000.

En cuanto a la tan conocida “ñapa”, o encime, pocos comensales
se resisten a pedirla, como es el caso de una joven, que con agilidad se toma un jugo de mango con leche y con disimulo espera el sobrante que queda en la licuadora.

Mientras el día continúa, la vida de doña Trinidad sigue al ritmo del motor de la licuadora, con el que prepara cerca de 200 jugos al día. Ella, hace 15 años se dedica a este oficio que la obliga a trabajar todos los días desde las seis de la mañana hasta las 6 de
la tarde.

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Los clientes no dan margen de espera. Trinidad asegura que,aunque el trabajo es arduo, este le ha dado buenos frutos económicos en su vida y afirma que “a punta de jugo y jugo he logrado sacar mi familia adelante”.

Como ellos, José, Patricia Abril, María Eugenia González y Jennifer Niño, también vendedoras de batidos, son considerados por sus clientes como expertos en la preparación de aproximadamente 50 tipos de jugos. “Nos preparan desde la bebida que quita el dolor de estómago, de cabeza, hasta el dolor de piernas”, comentó Carmen Anaya, consumidora frecuente de jugos de plaza.

Recetas
Con destreza los vendedores se las ingenian para preparar los extractos que sean necesarios. Cada día se inventan hasta tres clases de bebidas dependiendo los gustos de las personas, quienes en ocasiones piden vitaminas como: vitacerebrina; complemento vitamínico que fortalece el sistema inmunológico y nervioso ayudando a mejorar la capacidad del cerebro; el Ginseng, que sirve para mantener altos niveles de energía y rendimiento mental, y hasta la popular Mero Macho, un potencializador y estimulador sexual para hombres y mujeres.

/FOTO PILAR MEJÍA

Beatriz Angarita de Guzmán, cliente de los jugos de la plaza Guarín, comenta su punto de vista sobre los lugares bumangueses donde se preparan estas bebidas y los compara con otros países. “He visitado más de 30 plazas de mercado, en Italia son hermosísimas, muy bonitas, organizadas, limpias. En Canadá, también son espectaculares, allá la gente no mira por estratos sociales. Todo es limpio, natural, pero los jugos de allá no son tan nutridos y ricos como los de acá”, comenta.

Todo va en la preparación, en la receta, en el toque que cada quien le da a estas bebidas, y como dice don José “le tengo el juguito de agras para las defensas” o si de gustos se trata “si lo quiere, se le tiene, le tengo hasta 50 juguitos para escoger”, concluyó en esa mañana soleada de un domingo de plaza.

Sobre las preparaciones
Cindy Rodríguez, nutricionista de la Universidad Industrial de Santander, UIS, comenta que aunque no todas las bebidas que se preparan en estos locales, cumplen con el objetivo de quitar los dolores, algunas de ellas tienen un porcentaje nutricional muy alto dependiendo del tipo de frutas y verduras que se usen en la preparación.

Resalta que algunas afirmaciones de los vendedores pueden ser mitos para atraer más compradores y resalta que, “si la elaboración de este tipo de productos no se realiza con el debido procedimiento e higiene, o se realizan mezclas inadecuadas se pierde todo el poder vitamínico de las sustancias”.

Por Pilar Mejía Araque
kmejia94@unab.edu.co

Universidad Autónoma de Bucaramanga

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