Cada año se lleva a cabo el premio ‘Mario Hernández’, el cual recompensa e incentiva la creatividad de los jóvenes colombianos por medio de una beca para estudiar en el exterior. /FOTO ANDRÉS SERRANO

Mario Hernández Zambrano habla con convicción y sin muchos rodeos. Para él, ya es habitual pararse frente a un público, generalmente de estudiantes deseosos de crear empresas que a mediano y largo plazo lleguen a ser exitosas, como la de él. Hernández fundó la suya en 1978. El tiempo y su habilidad en los negocios le dieron la capacidad de sacar su compañía adelante y posicionarla hoy en día en el mercado del cuero.

Responde a las preguntas del auditorio, las cuales parece saberse de memoria. Insiste en que para llegar a la cúspide del éxito se necesita “constancia”.

El empresario visitó la Unab el pasado 4 de abril. En este escenario también estuvo Jesús Guerrero, fundador de Servientrega.

El Auditorio Mayor “Carlos Gómez Albarracín” estaba al tope para recibir una cátedra de emprendimiento. Hernández fue claro desde su saludo: “Si uno quiere ayudar a otros y construir un mejor país hay que transmitirlo. Todos ustedes ya saben la historia mía, para que ponerme a echarles el mismo cuento. Yo sé que tienen muchas preguntas, así que empiecen”, dijo el empresario.

Juan Sebastián Niño, administrador de empresas dual, fue el primero en apropiarse del micrófono: “¿Cuáles son los factores clave para qué una marca nueva sea exitosa y a la vez sea global?”. El empresario respondió: “Como todo en la vida, mucha constancia, innovación, producto, calidad, precios, servicio y mucha humildad. Entonces eso es lo que hay que tener, mucha constancia para todo”.

Una a una se fueron sorteando las preguntas entre el público. Cada una conducía a un capítulo de la vida del empresario nacido en Capitanejo, Santander, un municipio que pertenece a la provincia de García Rovira y que colinda con el río Chicamocha.

Cuando Hernández tenía diez años, su padre murió en la época de la violencia bipartidista que se desató en el siglo XX en Colombia entre liberales y conservadores, época que inició con el retiro de Alfonso López Pumarejo de la presidencia, y que se intensificó con la muerte del caudillo Liberal Jorge Eliecer Gaitán, suceso conocido como El Bogotazo.

Esta situación lo obligó a salir junto con su familia de su pueblo natal hacia Bogotá, pero sin dejar atrás el espíritu de emprendedor que lo caracterizaba desde niño, ese mismo que a sus 75 años aún le permite trabajar.

Hernández fundó ‘Marroquinera S.A’ en 1978, la cual tiene sello y nombre propio. ‘Mario Hernández’ hoy en día cuenta con 60 tiendas dentro y fuera de Colombia y más de 500 empleados. Chaquetas, bolsos y zapatos son los principales productos que se comercializan y tienen acogida en países como Venezuela, Costa Rica, Panamá y Aruba.

Mario Hernández afirma que siempre se debe estar al tanto de las últimas tendencias en moda si se quiere conservar un público fiel a la marca.

También se declara amante de la cocina. Además, juega golf, lee y escribe columnas de opinión en la revista Portafolio.

Luego de su intervención, dialogó con Periódico 15 y esto fue lo que contó.

Las mariposas son características de ‘Mario Hernández’; los accesorios de dama se distinguen por llevar ese detalle, que para Hernández es símbolo de elegancia. En la foto Mario Hernández Zambrano junto a Jesús Guerrero Guerrero. /FOTO ANDRÉS SERRANO
Las mariposas son características de ‘Mario Hernández’; los accesorios de dama se distinguen por llevar ese detalle, que para Hernández es símbolo de elegancia. En la foto Mario Hernández Zambrano junto a Jesús Guerrero Guerrero. /FOTO ANDRÉS SERRANO

¿Cuál ha sido la clave del éxito en su vida?

Primero que todo, la necesidad. Quedé huérfano a los diez años y con tres hermanos más, soy el mayor de la familia. Mi mamá no sabía hacer nada y tuve que empezar a trabajar a los 14 años, eso te obliga a superarte e ir poniéndote metas hacia adelante. Entonces la necesidad es muy importante.

Muchos hoy en día quieren emprender, ¿cómo garantizar que eso se sostenga con el tiempo?

Tú no puedes garantizar nada, como el matrimonio. Te enamoras del novio, te parece lindo, los ojos azules y todo. Se casan y, a los dos años se separan o siguen; los negocios son así y las experiencias hay que tenerlas, hay que aplicarlas, insistir y salir adelante.

¿Cómo reparte el tiempo entre las responsabilidades, sus gustos y la familia?

Desde las siete de la mañana hasta las nueve de la noche. Empiezo haciendo ejercicio, voy a juntas directivas, voy a mi oficina, almuerzo con mi gente; por la tarde seguimos trabajando. Luego tengo reuniones y al terminar el día, ceno con mi señora (Olga Lucía Olarte) a las ocho de la noche.

Una parte de las ventas de su empresa están en el exterior. ¿A qué se debe la acogida de la marca en otros países?

Porque hemos abierto tiendas y posicionando la marca. No todos nos conocen y por eso queremos una marca internacional, no es fácil y estamos en la tarea, vamos en primaria.

¿Es necesario el factor dinero a la hora de emprender?

Si hay mucho dinero no lo valoras, yo creo que la necesidad es importante.

¿Cómo enfrenta Mario Hernández la competencia, sabiendo que hay otras empresas que quieren imitar sus productos?

Buenísimo que nos copien, eso se parece excelente, quiere decir que somos buenos.

¿Se considera un hombre de lujos?

No exagerados. No me gustan los Ferraris, no me gusta ser esclavo de ninguna cosa material, las cosas son para que te sirvan.

El día que Mario Hernández no esté y teniendo en cuenta que es usted la persona que está al tanto de todo, ¿quién toma las riendas de la empresa?

Esa es la gran preocupación, no solo mía, sino de las empresas familiares. Estamos mirando a ver cómo puede perdurar, porque hemos aportado al país una marca, calidad, distribución e imagen. Mucha gente que trabaja para nosotros y eso se volvió una gran responsabilidad. Por eso es que tengo que trabajar más todos los días.

¿Cuál consejo le da los jóvenes de hoy?

Que comiencen. Hay que dar el primer paso, como en la vida; tú naces y te enseñan a gatear. Caminas, te caes, lloras y tienes que volverte a parar, la vida es eso.

Por María Alejandra Villamizar Sarmiento
mvillamizar543@unab.edu.co

Universidad Autónoma de Bucaramanga

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