La organización Cabildo Verde, de Sabana de Torres, asegura que la mortandad de peces en el río Lebrija se debe a la contaminación de las aguas con residuos y la carga orgánica, producto del alcantarillado de Bucaramanga y su área metropolitana.

“Hemos expuesto el caso buscando ser escuchados por las entidades responsables del medio ambiente (Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, Cdmb, y la Corporación Autónoma Regional de Santander, CAS) y no logramos que se tome conciencia y se ejecute un plan para darle fin a esta situación.”, asegura James Murillo, director de la entidad.

El río Lebrija empieza en la congruencia de los afluentes Suratá y de Oro, en el municipio de Girón. Allí se recogen todas las aguas negras de la capital santandereana, de Lebrija, Girón, Piedecuesta y Floridablanca, tanto de las zonas urbanas como industriales. También de los asentamientos humanos, las curtiembres y las porquerizas. Todo cae al mencionado río y la única planta de tratamiento que existe es la de la quebrada La Iglesia, en Floridablanca.

De acuerdo con Murillo, casos como el de la mortandad de peces se presentan cuando hay temporada seca o verano, ya que los niveles del río son muy bajos al igual que su capacidad para disolver los líquidos y sólidos de las aguas residuales. “Cuando cae un primer aguacero, como el del pasado fin de semana, el sistema de alcantarillado se limpia con el agua lluvia, lo que arrastra una carga excesiva de contaminantes, sedimentos y basura que terminan en el río Lebrija. Finalmente, esto genera la mortandad no solo de peces sino de mamíferos, anfibios, reptiles y todos los seres vivos que dependen de sus aguas”, expresa el directora de la organización.

En esto coincide el personal de la Subdirección de Evaluación y Control Ambiental, que analiza la situación desde el lunes.

 

La influencia del embalse

Para el director Cabildo Verde, James Murillo, el hecho de que exista un embalse en el río es un detonante más, ya que este almacena temporalmente la carga de sedimentos y aguas negras que se convierte en una piscina de oxidación en Bocas, tanto así que las personas de la comunidad ya tienen una acción popular para obligar a la empresa a desembalsar.

Murillo agrega que hoy día el problema no es exclusivamente por el embalse. “No digo que no tengan responsabilidad, estoy diciendo que si no estuviera la represa, la calidad del agua seguiría siendo la misma. Obviamente la represa potencializa los procesos de descomposición de la materia orgánica dentro del agua, lo que aumenta la demanda de oxígeno y hace se contamine. Precisamente eso es lo que está acabando con toda la vida del río Lebrija, estoy hablando de un río que tiene en afectación más de 160 kilómetros”, acota el profesional.

Según la investigación del Grupo GEA de la Cdmb, la mayoría de peces muertos son bocachicos. / FOTO SUMINISTRADA CABILDO VERDE

Cabildo Verde y líderes comunales de las veredas afectadas (Pescadores de Papayal, San Rafael y San José de los Chorros) han asistido a la Asamblea Departamental para exponer la situación. “Desde hace 15 años hemos denunciando la mortandad de peces en el río Lebrija. Expusimos el caso, llevamos videos, fotos, registros, entrevistas con la comunidad y no sirve de nada, no le han prestado atención a este tema ni los gobernadores”.

Agrega que la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (Cdmb) y las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR) son las autoridades ambientales encargadas de velar por el medio ambiente, tampoco brindan soluciones, asegura Murillo. No obstante, de acuerdo con la información suministrada vía redes sociales de la Corporación, el tema es tratado por un grupo especial.

Sabana de Torres no es el único municipio afectado. Girón, Lebrija, Rionegro y Puerto Wilches también se han visto perjudicados, debido a que tienen influencia sobre el río. “Lo que sucede es que ningún otro municipio está manifestando la gravedad del problema, nunca ha habido ni siquiera una unidad ambiental para poder atender el problema de manera conjunta y de esta forma ejercer mayor presión a las entidades responsables del río Lebrija. Siempre es Sabana el que habla, debido a que Cabildo Verde tiene la sede allí y está al tanto de todo lo que tiene que ver con la problemática ambiental”, dice Murillo.

A la fecha no hay ninguna acción concreta en función de solucionar el problema. James Murillo cuenta que al buscar ayuda se prenden las alarmas e inmediatamente nombran un comité, pero hasta ahí llega todo. “A la fecha, no hay ningún plan de recuperación y desintoxicación del río, no existe, por lo menos nosotros no lo conocemos”, concluye Murillo.

Por Omar Sebastián Lozada Gómez

olozada@unab.edu.co

 

Universidad Autónoma de Bucaramanga

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