
Por Natalia Carrillo Ascencio / ncarrillo660@unab.edu.co
La colección fotográfica del periodista Edmundo Gavassa, heredada por sus predecesores Quintilio Gavassa y Gabriel Gavassa, narra la historia de Bucaramanga a través de imágenes, archivo que hoy hace parte del recién inaugurado Museo Gua, fundado por María Cristina Ordóñez de González, quien fue propietaria de Jardines La Colina (falleció el 26 de julio de 2018), y promovido en la actualidad por el sociólogo e historiador Emilio Arenas. “El Museo está concebido para que el visitante pueda apreciar vestigios únicos del inicio del poblamiento del área metropolitana de Bucaramanga”, afirmó Isa González Ordóñez, directora del Museo.
Álbumes con postales del siglo XIX, documentos, momentos cumbre de la capital santandereana (por ejemplo, la llegada de la energía eléctrica) y avances que aportaron a su transformación, son el relato construido en una línea de investigación realizada por Arenas que busca conducir al visitante a conocer cómo surge y cómo se desarrolla la ciudad.
El Museo Gua abrió sus puertas el 14 de abril de 2019 y está ubicado en una casona colonial de más de 200 años en el Cementerio La Colina, exactamente en la calle 70 # 33-1139 (Lagos del Cacique). Su finalidad es dar a conocer un aspecto cultural propio de la región, aportar en conocimiento y retribuir en algo a la historia de la ciudad, teniendo como propósito principal brindar este espacio para los niños y estudiantes. “La labor es cultural, porque se están perdiendo las raíces y eso preocupa”, añadió este historiador, motivo por el que en el Museo hay un material novedoso que sale de libros y archivos, y que se puede ver durante los recorridos. Evidencia de ello son los mapa sobre cómo creció Bucaramanga en materia de infraestructura, a partir de la carrera 15.
Objetos, collares, vasijas, hachas y elementos para cocción rudimentarios que pertenecían a la tribu Sachagua (ubicada entre la colina de Chitota y la quebrada Namota) son bienes pertenecientes al patrimonio arqueológico nacional, hallados bajo tierra hace 50 años y que están expuestos para los visitantes, quienes cuentan en el recorrido con guías. “Los objetos están ubicados en vitrinas especiales antihumedad para su preservación, al igual que las fotografías antiguas de la ciudad que están enmarcadas a la usanza de la época” sostuvo la directora.
¡Documentos hallados!
Las fotografías muestran el desarrollo urbanístico tras la llegada de la energía eléctrica y los vehículos, el crecimiento del comercio y la venta del café, negocio que contaba con un gran auge en el siglo XIX.

El nombre del Museo surge del vocablo Gua, cuyas raíces están en todos los idiomas que se han hablado en el mundo. Algunos documentos hallados en el Archivo General de la Nación por el historiador Arenas pueden aclarar la confusión respecto al origen de lo que es hoy Bucaramanga, que según la historia, se ha conocido fue en 1622, pero de acuerdo a las pruebas encontradas por Arenas, los datos marcan un precedente a partir de 1778, ya que lo que antes había era un pueblo indígena que los españoles tenían para explotar oro en Río de Oro y tiempo después, los españoles congregarían a los sobrevivientes en pueblos que hoy se conocen como los Sachaguas.

Las pruebas genéticas de Arenas también confirman su versión de que entre los pueblos de Colombia la población santandereana tiene el índice más alto de sangre europea, asumiendo el desarrollo de Bucaramanga en parte a la migración alemana.
“En la visita se podrá apreciar la unión de dos siglos, cuando los pueblos indígenas dieron paso a los primeros centros habitados y posteriormente la entrada de la modernidad con la llegada del ferrocarril y los vehículos”, señaló González. Las instalaciones del Museo están abiertas desde las 8 de la mañana hasta las 6 de la tarde, los interesados pueden solicitar la compañía de un guía encargado de mostrar el lugar de “Donde la memoria vive”, pretendiendo divulgar la conservación del patrimonio local.
El Museo trabaja en nuevas colecciones como la de los migrantes turcos y el desarrollo de los árabes en las ciudades, quienes de alguna manera formaron parte del desarrollo de la Bucaramanga de antaño. Se espera que las temáticas cambien cada semestre, con el fin de introducir elementos nuevos que agreguen dinamismo a la exposición histórica del área local.