Valeria Margarita Gil/Vgil732@unab.edu.co
Valeria Almeyda Ordóñez/Valmeyda@unab.edu.co
Entre rebeldía, sentimiento, bombos y platillos se escucha el género de protesta musical en las calles de Bucaramanga. Aquí predomina la música urbana en bares, discotecas, centros comerciales y espacios sociales. Sin importar el paso del tiempo, este tipo de música sigue estando en tendencia en las playlists de los bumangueses.
En el parque del conjunto Conucos, cuatro muchachos entre los 12 y los 15 años se reunían a improvisar ritmos y letras imitando las ‘batallas de gallos’, eventos donde los raperos se reúnen a improvisar con temáticas sociales hasta llegar al freestyle, allí el mejor ganaba un dinero. Ahí nació el grupo Cuarta etapa. Con el tiempo los chicos se fueron separando, pero uno de ellos no perdió su rumbo, este es Juan Sebastián Castillo Serrano, también conocido como ‘Castillo4etapa’. Joven de 24 años, con una gran pasión y dedicación por el rap, incluso, con su participación en eventos nacionales ha dejado el rap bumangués en alto.
Castillo, el joven de estilo urbano, revive con sus letras el espíritu de los orígenes del género encontrados en la cultura afroamericana neoyorkina de los años setenta, donde la ideología de protesta y el sentimiento de revolución por los derechos abundaban en la comunidad afrodescendiente. Aunque sus canciones no hablan de las protestas, sí tocan sentimientos sociales. “En mi tema ‘Son latino’, sí tu eres una persona del continente, pero estás viviendo en Europa u otro lugar, te va a dar esas reminiscencias”. Una característica fundamental de estos ritmos es transmitir sonidos fuertes, palabras directas y nuestras realidades social expresadas en letras.

Las clases elitistas denominaron al rap como música ‘Underground‘, expresión usada en Estados Unidos para referirse a las manifestaciones artísticas contradictorias con sus gustos burgueses. Por su parte, Castillo ve este género en la actualidad como un aglomerado de elementos que genera un conjunto de sensaciones. Él comenta que su música “genera sentimientos de superación, de alegría, de amor a lo que hago”, más allá de ser música antitradicional, el rap es la forma de liberarse de la opresión. En los ochenta se creó una tendencia fuerte con el género, los artistas eran escuchados por todo el país. La gente en las calles oía no solo las voces revolucionarias sino el género comercial o de entretenimiento.
Hacia el oriente de Bucaramanga, en Cabecera del Llano, vive uno de los artistas más reconocidos en el género urbano por los jóvenes de la ciudad. Juan Camilo García, un chico de 22 años con valores destacables como su nobleza y su humildad, es conocido artísticamente como ‘Esteesgarcía’. Sus ojos chiquitos y pestañas largas, su voz ronca y su porte ‘relajado’ como lo diría él, han creado la imagen perfecta para este músico que ha comenzado a trabajar en la industria con la combinación de diferentes estilos musicales, como la mezcla entre el reggaetón y la balada.
La llegada del rap a Latinoamérica comienza en Puerto Rico, donde artistas como Daddy Yankee, Don Omar, Tego Calderón, Dj playero, Wisin y Yandel, entre otros jóvenes puertorriqueños de los ochenta, crean música proveniente de este movimiento cultural dando inicio al reggaetón. Como pasó en Puerto Rico también llegó a Colombia con artistas como Maluma y JBalvin en Medellín, y ahora como García en Bucaramanga. Él mismo dice “siento que estoy muy influenciado por la cultura del rap. Me monto en bases de hip hop, r & b, me inspira bastante”.
El género evoluciona y otros ritmos comienzan a ser mezclados como experimentación en el desarrollo musical. Así como Rosalía con el flamenco y el trap, García logró encontrar inspiración en otros estilos musicales, “siento que también la salsa, la balada, los boleros. Los escuchaba mucho de pequeño y he creado bastante con ellos”. No se puede hablar con exactitud sobre dónde encuentra su inspiración, él sostiene que para fundamentar sus bases pues cada artista comienza a trabajar basado en su propio gusto musical, sin embargo, la base del sonido viene de varios ritmos como el Djing, el hustle, el funk, el blues y el dembow. En la actualidad, se pueden escuchar ritmos mezclados junto con la salsa, el jazz, el flamenco, entre otros.
Dentro del combo de bumangueses, el pequeño admirado es Oscar Benítez de 19 años, artísticamente conocido ‘Oby’. A pesar de su edad, es uno de los artistas con más trayectoria en la ciudad, además de su gran talento vocal y creativo. Oby llega con la nueva generación de jóvenes que se involucran en el género urbano mediante el subgénero del ‘trap’. Por lo que nos cuenta: “me gusta porque puedes fluir mucho en las baterías, en el reggaetón en cuestión de beat es más esquemático, en el trap se cuenta más fácil una experiencia, porque se narran los detalles, tu puedes contar desde que te levantas temprano y te cepillas los dientes, y todo encaja”.

Las discográficas comenzaron a producir en respuesta a la demanda que el género ocasionaba, no solo en las calles sino en los clubes de las ciudades también. Muchas personas definen el trap como la música vulgar de sexo, drogas y dinero, pero los artistas del subgénero como Oby tienen otras perspectivas, “el trap romántico es mucho más variable en lírica. Ya tiene muchas fases y muchos estilos, se mezcla con sonidos que se parecen al jazz”. Aquí hay que agregar que, combinando sonidos con la máquina TR-808, que se había convertido en el arma musical de los productores, el género hip hop comenzó a desarrollar más su estilo experimental dejando de lado su influencia en el Trapping.
Hacia el sur, en el barrio Cañaveral de Floridablanca, en el segundo piso de una casa blanca se encuentra el estudio de uno de los productores más buscados en Bucaramanga. Carlos Enrique Leal Torres o ‘Calique’, un joven de 21 años, que desde pequeño se involucró en el mundo de la música, no solo con la producción sino también con la composición y los instrumentos generando en él la capacidad de tener una visión más amplia. “Aprendí de la música, cuando comencé a encontrarme en ella. Yo mismo generé el interés. Mi tío, el único familiar metido en el cuento, es productor y él me enseñaba cómo funcionaba”, acotó.

Para el género y subgéneros del hip hop, los productores han sido la base artística de las creaciones de lo que se escucha diariamente en la radio y está en tendencia en las plataformas virtuales de música. Pero no todo el que sepa manejar una consola es productor. Calique en este tema nos cuenta que “un buen productor es un artista, es aquel que conoce la música, tiene visión, y la capacidad de orientar a los cantantes y dialogar para crear un buen producto”. La influencia de un productor en el diseño de una canción es tan relevante como la influencia del músico en la sociedad.
Los músicos jóvenes bumangueses buscan que a través de sus letras se genere una empatía emocional, una reflexión de la vida y una libertad de expresión juvenil donde sus oyentes se encuentren identificados. Hay que remarcar, que toda demostración artística tiene un trasfondo, un mensaje o una idea que quiere ser transmitida, ese es el pensamiento base de la música urbana en la Ciudad Bonita.