Luego de casi siete meses de haber anunciado la instalación de diálogos de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos Calderón y la guerrilla del Eln, las partes volvieron a reunirse para anunciar el inicio formal de la fase pública del proceso que se adelantará desde el 27 de octubre en la ciudad de Quito, Ecuador.
Este anuncio se dio luego de que el Eln se comprometiera a liberar a los secuestrados, acción que posibilita pasar a la mesa para concertar los puntos establecidos en la hoja de ruta que contempla la Participación de la sociedad en la construcción de la paz, Democracia para la paz, Transformaciones para la paz, Víctimas, Fin del conflicto armado e Implementación.
Para el profesor de la Universidad Nacional de Colombia, Víctor de Currea-Lugo, la participación ciudadana además de ser un eje fundamental de este proceso, puede convertirse en un tema neurálgico de tratar dado a que «en la puja por el grado de participación ciudadana que cada uno va a aceptar es que se va a dar la negociación».
Por otra parte, el docente manifiesta que el segundo grado de tensión en esta convenio estará en el discurso por la verdad pues considera que, a diferencia de las Farc, «el Eln plantearía algo mucho más calado en cuanto a la responsabilidad de los colectivos, las empresas y las instituciones».

Históricamente, los intentos por sostener un diálogo de paz con esta guerrilla han sido infructuosos. Para Currea-Lugo esto se explica desde «una visión arrogante del gobierno en lo que tiene que ver con el Eln«, al no procurar una negociación profunda y con aspectos sustantivos.
El docente añadió que luego de una experiencia de diálogos profundos como los que se tuvieron con las Farc, se puede pensar en que sí se va a llegar a un acuerdo siempre y cuando se traten puntos de fondo que son relevantes para el ELN como por ejemplo «el debate mineroenergético, el nivel de democracia que hay en Colombia, el nivel de representación que hay, la protección a aquellos que optan por la vida política y la verdad con relación a las víctimas».
Otro aspecto por el que el experto considera que no se había podido llegar a un acuerdo con esta guerrilla, es la visión del «hermano menor» en donde «como el ELN es la mitad de las Farc, entonces tenemos que darles la mitad de lo que le dimos a las Farc y con eso lo calmamos, eso es de un profundo irrespeto a la naturaleza misma del Eln».

En cuanto a su libro, Currea-Lugo manifestó que la investigación con la que se hizo posible desarrollar el libro «Metiéndole el Pueblo a la Paz», permitió desmitificar algunos prejuicios que se tenían frente al ELN tales como su desinterés en pactar, pues «son 25 años los que lleva esta guerrilla intentando dialogar».
El docente concluyó además con que otro mito es pensar que esta guerrilla está dividida y que por eso quiere negociar. Al respecto de esto explicó que no considera que el ELN quiera un acuerdo ligero, pues en la agenda se puntualizó la necesidad de que esta fuera con «celeridad y rigurosidad», además expresó que «si el conflicto es complejo, no debe existir un afán por resolverlo de forma simple».
Por Karol Fernanda Barragán
kbarragan724@unab.edu.co