Páramo de Santurbán. La planta con flores de color rojo es conocida como acederilla, una de las especies que ha deteriorado el ecosistema de los páramos en Cundinamarca, entre esos el Parque Nacional Natural Chinganza. Las orquídeas (en el círculo) también se ven amenazadas por la invasión de estos territorios. / FOTO MAURICIO OLAYA

Por María Lucía Bayona Flórez / mbayona560@unab.edu.co

De acuerdo con el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), las especies invasoras son “aquellas que prosperan sin ayuda del ser humano y amenazan hábitats naturales o seminaturales, fuera de su área habitual de distribución”. En el páramo de Santurbán actualmente existen diferentes especies invasoras, tales como el retamo espinoso, la dedalera, el nabo, la acederilla y el trébol blanco.

No todas las especies han sido reconocidas de la misma forma como la última que se menciona, que cubre una extensión considerable del suelo de Santurbán y que se ha naturalizado allí. Alicia Rojas, licenciada en Biología y especialista en conservación de recursos naturales, afirma que se requieren mayores estudios para conocer en qué medida pueden afectar al páramo.

El tallo del retamo espinoso crece hasta cuatro metros de altura. Es una de las cien especies exóticas invasoras más dañinas del mundo, según la lista de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (Uicn). /FOTO SUMINISTRADA POR
LA CDMB

Tales especies tienen un sistema de propagación eficiente y se adaptan más rápido en el que cualquier otra especie nativa, dando paso a la desaparición de la fauna y flora que inicialmente habitó estos terrenos. Las clases oriundas de este páramo son orquídeas y frailejones; estos últimos, amenazados además por polillas, hongos y escarabajos, de acuerdo con el diagnóstico realizado en 2018 por el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, las universidades Javeriana y Jorge Tadeo Lozano, la Sociedad Colombiana de Entomología y Parques Nacionales Naturales.

Estudios en el territorio

La Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (Cdmb) realizó un proyecto de búsqueda de especies invasoras a partir del hallazgo del retamo espinoso, que invade los páramos de Cundinamarca y Antioquia luego de su siembra para restaurar unas zonas infértiles en estos departamentos y que hoy representa un riesgo para las especies nativas de dichos hábitats. Bajo la petición de Orlando Rodríguez, del alcalde del municipio Vetas, se inició la búsqueda de esta especie en Santurbán en febrero de 2018, con el fin de determinar el riesgo al que se expone dicho ecosistema.

De acuerdo con Rojas, “en el caso del retamo espinoso, cuando se corta la planta, esta brota con mayor vigorosidad, y al quemarse, forma unos bosquecitos que se apoderan del lugar”, incluso, puede cubrir lagunas completas y sus frutos no son agradables por lo que la fauna se aleja del sector en el que se encuentre la especie. Cuando el fruto de esta especie invasora alcanza la maduración y explota, lanza sus semillas a dos a seis metros de distancia. Además, su germinación es más veloz que la de una planta originaria del ecosistema.

En el Páramo de Santurbán hay Orquídeas difícil de cultivar, y necesitan constante sombra y temperaturas frescas para sobrevivir. /FOTO SUMINISTRADA

En el caso de Santurbán, Rojas asegura que hace aproximadamente 15 años había solo un individuo de retamo espinoso, y actualmente se tiene registro de 212, los cuales están generando frutos y esparciendo semillas constantemente.

Este fenómeno se presenta de forma voluntaria e involuntariamente. Es voluntaria cuando el ser humano tiene especies exóticas y las libera a cualquier ecosistema, las traen de otros hábitats por moda y empiezan a propagarlas. Rojas afirma que esta es la causa más directa y la que más afecta a las especies nativas, y cuando se busca restaurar áreas degradadas, se siembran plantas de rápida germinación. Las accidentales o involuntarias se dan por causas naturales, como tornados y huracanes, pues ocurre el traslado de semillas de un territorio a otro.

De acuerdo con la bióloga Lucy Archila Durán, en el departamento existen 4.842 especies de flora, las cuales 134 de ellas están en vía de extinción. Es por esto que la consecuencia de tener especies invasoras en los bosques secos tropicales, los bosques húmedos bajos y páramos obliga a las otras plantas a desaparecer, así lo manifiesta Archila, “tenerlas afecta a las demás especies nativas porque van a competir por el territorio y por los nutrientes del suelo, entonces ahí está el problema”.

¿Cómo erradicar el retamo espinoso?

La resolución 0684 del 25 de abril de 2018 del Ministerio de Ambiente establece lineamientos para la prevención y el manejo integral de las especies de retamo espinoso y retamo liso, y también para la restauración ecológica, rehabilitación y recuperación de las áreas afectadas en el territorio nacional. En Santander, la Cdmb es la encargada de desarrollar el plan de manejo con tal planta en el municipio de Vetas que se lleva a cabo en varias fases.

Los frailejones absorben el agua de la neblina de los páramos para conservarla. /FOTO SUMINISTRADA

El primer paso para intervenir el área afectada consiste en realizar un diagnóstico de localización, se debe hacer un conteo de individuos presentes en el terreno para conocer la magnitud del problema. Posteriormente se realiza un mapa que muestra el sitio en el que está ubicada dicha vegetación, y tras eso, se debe cortar manualmente los tallos, las flores y sus frutos.

El material orgánico debe ser guardado cuidadosamente para evitar que las semillas se dispersen en el ambiente, y debe contar con un seguimiento continuo para que cuando vuelva a crecer en cinco meses se arranque de nuevo manualmente. Otra alternativa es la quema controlada que no se puede realizar a cielo abierto. Una vez se termine este proceso, se restaura ecológicamente el suelo con la especie nativa más fuerte y con mejor capacidad de crecimiento y propagación de semillas.

La educación a las comunidades es otra estrategia para concientizar a las personas de no cultivar tales plantas. “En nuestro proyecto en Vetas realizamos capacitaciones en las que se les enseñaba a los niños, a los bomberos, a los campesinos y hasta a los mismos concejales”, agrega Rojas. Es por eso que considera que las Corporaciones Autónomas Regionales deben implementar estrategias ambientales que lleguen a todos los actores de un municipio.

Universidad Autónoma de Bucaramanga