Por Sofía Hernández Pasachoa / shernandez381@unab.edu.co
¿No saben quién es esta capa? Nada de nervios, ya mismo les explicamos. Rosa Laura es una pelada brillante y comprometida con el buen periodismo. Graduada de la Pontificia Universidad Católica del Perú, ha cubierto casos tremendos de corrupción como el de Lava Jato y CNM Audios. Uno de sus más recientes trabajos, en compañía del periodista César Prado, titulado “Ayacucho: Radiografía de homicidios”, fue ganador del Premio Gabo 2023 en la Categoría de Imagen y es el motivo por el que estuvimos en el salón.
Los asistentes son estudiantes de séptimo semestre de Comunicación Social de la UNAB, que quieren ser periodistas, y estudiantes de otros semestres que se conectaron vía online. Todos en sus asientos, algunos en sus camas tal vez, y la palabra se soltó. Laura Sanabria, profesora y directora de este periódico, hizo en esta ocasión de moderadora. Saludos van, saludos vienen a través de la pantalla y, después de una breve parla introductoria, se reprodujo la pieza audiovisual.
“ADVERTENCIA: Las siguientes imágenes son fuertes y pueden herir susceptibilidades”.
El público preparó la mente, y tal vez el corazón, para lo que vio. Los segundos pasaron y la experiencia se volvió cada vez más inmersiva. El video abrió con un pequeño contexto que es bien conocido para los peruanos: hay manifestaciones en el país por la inconformidad de tener a Dina Boluarte como presidenta. Todo normal, todo tranquilo, hasta que recuerdan que esto es Latinoamérica, es un golpe de estado, y aquí siempre hay muertos.
La matanza comenzó. La voz de Rosa Laura explicó con contundencia y claridad los hechos que para muchxs pueden ser confusos. Los periodistas jóvenes vimos, sentados con impotencia, cómo la realidad nunca deja de sorprendernos. La Fuerza Pública asesinó a 10 manifestantes entre el 15 y 16 de diciembre de 2022 en Ayacucho, Perú.
El video terminó. El salón quedó unos segundos en silencio. Después de semejante abrebocas, las dudas llegaron. Laura Sanabria dio un breve perfil de Rosa Laura, pa’ que los presentes entendiéramos que estamos es con alguien que sabe lo que hace, Nos dio una clase de Contexto Internacional que no pedimos, pero que era necesaria.
Rosa contó qué los motivó para hacer este reportaje. Fue el entonces presidente, Pedro Castillo, que se le despapayó la vaina al intentar disolver el Congreso e instaurar un “gobierno de excepción”. El Congreso luego decide destituirlo y sienta a Dina Boluarte en el trono del poder, primera mujer presidenta del país de Fujimori. Pero como es regla en Latinoamérica, se apoya duro o no se apoya y, en regiones donde la gente votó más por Pedro Castillo, salieron a la calle los simpatizantes de este líder sindical.
“Queríamos saber exactamente qué sucedió”, afirmó Rosa. Y es que claro, cuando tienes a la presidenta de tu país culpando a la gente de su propia muerte, la sangre te hierve, y como buen periodista vas en búsqueda de la verdad.
Con esa reflexión en mente, Laura continuó. La pregunta fue lo que menos esperaba: “¿Se puede vivir del periodismo?”. La respuesta igual golpeó: “El periodismo no es una profesión con la que se puede hacer mucho dinero”.
Rosa, luego, nos dio un hilo de esperanza. No vamos a ser millonarios, pero tampoco unos muertos de hambre. Y al final, podremos no tener un montón de ceros en la cuenta, pero, en palabras de Rosa, “estamos descubriendo cosas que no se quiere que salgan a la luz” y esa satisfacción de aportar a que algo cambie es invaluable.
Las preguntas continuaron, esta vez por parte de les estudiantes. Empezaron con un consejo para no caer en lo sensacionalista que Rosa nos entregó: “Solo se debe mostrar lo necesario para que se entienda lo necesario”. Pasamos a un tema poco hablado en el periodismo, la salud mental y emocional. La pregunta de Camila Ladino fue formulada con una entrada que nos pega a más de una: “Soy una persona emocional, pero me gusta el periodismo”.
Rosa Laura cuestionó algo que es un supuesto en el oficio: “Como eres periodista no te debe alterar nada, es tu trabajo, dicen”. Como solución a este dilema, nos ofreció una píldora de desahogo. Si algo te afecta en tu ejercicio, lo mejor es conversarlo. No dejar que ese sentimiento de impotencia te consuma solo porque “así es el oficio”.
El conversatorio finalizó con una reflexión de Rosa Laura sobre cómo hacer este reportaje y publicarlo trajo amenazas y ataques injustificados contra ella y contra el medio IDL Reporteros, pero también qué tanto valió la pena que las familias supieran la verdad y que parte de la opinión pública se sacudiera luego de ver los abusos en Ayacucho. Una prueba más de que el periodismo podrá tener defectos y carecer de muchas cosas, como un sueldo de millonario, pero de este oficio jamás se podrá decir que no es una profesión con la que puedes sentir que trabajas para un cambio que necesita el pueblo.