Por Cinthya Barreto
cbarreto806@unab.edu.co

Aunque antes de que la pandemia pusiera a todos en cuarentena muchas personas se habían acostumbrado a usar internet como un recurso extra de trabajo, ya sea para ver contenido o para inscribirse en algunos cursos, una gran parte de la población en Colombia no le daba la misma importancia ni lograba verlo como un recurso asequible y necesario.

La Comisión de Regulación de las Comunicaciones informó en mayo de este año
(cuando la cuarentena llevaba un mes) un aumento del 38 % del tráfico de internet en las casas. Antes de la pandemia el uso de internet en los hogares se concentraba entre las 5 y 8 de la mañana y las 6 y 10 de la noche; después del aislamiento, ese tráfico elevado se presenta durante todo el día.

En Vélez, Santander, productores, vendedores de plazas de mercado y familias cuyo trabajo consiste en mantener el nombre de su empresa generación tras generación, vieron disminuir sus ingresos cuando el turismo y algunos eventos terminaron posponiéndose. Cabe anotar que este municipio es líder productor de guayaba en el país (Santander, junto con Meta y Valle del Cauca producen el 70 % de este fruto, unas 123 mil toneladas al año); por eso, Vélez es uno de los lugares por los que la guayaba fue nombrada como denominación colombiana en el año 2017.

El bocadillo veleño es uno de los productos insignias de la gastronomía colombiana. /
FOTO SUMINISTRADA TROTSKIJ

Pilar Martínez, productora de la empresa de bocadillos Las Dalias, afirma: “Los
paradores turísticos eran los que más se movían y por la pandemia las ventas están totalmente paralizadas, toda la cadena productiva se ha visto afectada, la cosecha de guayaba ha tenido a los productores con el precio más bajo en los últimos tres años, así que las ventas todavía no están respondiendo porque la covid-19 sigue presente”, explica.

La Federación de Empresarios de la Cadena Productiva del Bocadillo Veleño
(Fedeveleños) intenta apoyar el desarrollo económico de estas empresas que incluyen a productores de guayaba, de la planta conocida como ‘bijao’ y del bocadillo veleño. Esta organización surgió como una necesidad de patentar los procesos que se hacen con esta materia prima, siendo su realización una de las más complejas y que requieren cierto conocimiento para poder administrar y aportar dentro del gremio.

Paola Pineda es la presidenta de Fedeveleños y es la tercera integrante de su familia en tomar el puesto de administración en el negocio familiar de producción de bocadillo llamada Bocadillos Selección. Sobre los empresarios, expresa que el 70 % de estos negocios no se ha visto apoyado por el Gobierno.

“Los empresarios no han recibido ni préstamos, ni medias primas; si en promedio tengo 150 productores de guayaba asociados, la mayor longitud de tierra que tendrán algunos sería de ocho hectáreas, el resto estamos hablando de que tienen una, dos o tres máximo. Para obtener la colaboración del Gobierno se les exigen parámetros como que deben pagar su seguridad social o que deben tener cierto número de empleados, entonces los productores no alcanzan a llegar a ese modelo de organización”, explica.

Santander, Meta y Valle del Cauca concentran el 70 % de la guayaba que se produce en
el país. / FOTO SUMINISTRADA

Actualmente se calculan pérdidas de hasta 8.000 mil millones de pesos, así como el 40% de la producción, debido a que no tienen personas que se encarguen de ir a recoger la fruta para su distribución, ni clientes que se le midan a comprar productos de los que no tienen completo conocimiento. Razón por la cual, Fedeveleños buscó mitigar el impacto económico y de desempleo centrando la crisis en los eventos anuales en los que los empresarios junto con los vendedores recibían más ganancias, como las ferias que reflejan la historia de cada producto, pero esta vez incorporándose por primera vez a la metodología virtual.

Sin embargo, Paola Pineda comenta que basados en el impacto de otras federaciones en Colombia, esperan seguir sus pasos poco a poco. “La Federación de cafeteros, por ejemplo, ya nos lleva años luz, hemos hecho muchos trabajos con ellos para que nos retroalimenten en varias cosas, pero aún somos un ‘bebé’ que hasta ahora está aprendiendo a gatear, estamos generando recursos propios para apoyar a todas esas familias que hacen parte de este gremio”.

El festival del Bocadillo, llamado Bucafest, se efectuó entre el 25 y 27 de septiembre. Presentó dos líneas, la comercial, que ofreció kits de productos de diferentes marcas para que quienes desearan ayudar o comprar recibieran la cesta en su casa una semana antes del evento. Y la línea cultural que, mediante un enlace, dio acceso a los tres días del festival. La página web de Fedeveleños y sus redes sociales se convirtieron en espacios para promocionarse dentro y fuera del departamento.

Así mismo, Pilar Martínez explica que los medios virtuales hacen parte de esta nueva etapa a modo de empezar a incluir todas las empresas asociadas a la producción de estos dulces típicos con el propósito de obtener un valor extra. “Es bueno apostarle a un nuevo canal de distribución, que cada uno de los contactos se conviertan en compras activas y que finalmente se den cuenta de que están apoyando a una región. Esto es algo que viene por generaciones, y ya que estamos haciéndonos cargo personas más jóvenes tenemos que ir realizando ese primer ejercicio con los negocios para que tengan páginas dónde vender”, relata.

Universidad Autónoma de Bucaramanga