Por Xiomara Montañez M.
xmontanez@unab.edu.co

Con el respaldo del programa Bucaramanga Metropolitana “Cómo Vamos” y entidades como la Cámara de Comercio, la Fundación Participar, la Financiera Comultrasan y medios de comunicación de la región, un grupo de académicos inició el proyecto “Concejo Cómo Vamos”, una experiencia que busca medir las actividades del Concejo Municipal de la capital santandereana, con el fin de hacer control político y además, recordarle a la ciudadanía las funciones que deben ejercer los cabildantes elegidos para esta instancia.

Desde el 1 de mayo, el grupo de docentes de programas como Economía, Comunicación Social y Derecho de universidades como la Autónoma de Bucaramanga (Unab), la Industrial de Santander (UIS), la Pontificia Bolivariana de Bucaramanga (UPB) y la Santo Tomás (Usta) implementan una prueba piloto en la que se hace seguimiento a cada uno de los concejales en aspectos como la actividad normativa, la participación en los debates, así como su asistencia y permanencia en el lugar. Yani León Castañeda, directora del Programa Bucaramanga Metropolitana “Cómo Vamos” explicó que en los aspectos antes mencionados, el equipo mirará si el concejal hace presencia o no y el tiempo de permanencia en el recinto, y monitoreará cada media hora si el corporado permanece o no en el salón.

“En el control político se evalúa básicamente dos aspectos: la calidad del debate y el impacto y relevancia que éste tiene. En la calidad tendremos en cuenta si el concejal se apoya en estadísticas, en normas vigentes o investigaciones, los temas a los que les hace seguimiento, el control al manejo administrativo de las entidades, entre otros temas”, explicó León.

De acuerdo con Isaac Guerrero, docente de Economía de la UIS, esta experiencia parte de una anterior –“Concejo Visible”- y de las experiencias registradas por ciudades como Bogotá que ya implementó el “Concejo Cómo Vamos”.

“Este tipo de ejercicio muchas veces es percibido como algo negativo por parte de los concejales, pero también puede verse desde lo positivo ya que éstos pueden mostrar su trabajo y ejercer el cargo para el que fueron elegidos”, comenta el profesor.

Por su parte Ysabel Briceño Romero comentó que al revisar la experiencia de Bogotá se encontró que, pese a que genera un estado de alerta en el grupo de cabildantes, también generan una respuesta favorable, ya que los representantes que hacen bien su trabajo son tomados como ejemplo y son seguidos por sus compañeros.

“Esperamos que exista una retroalimentación favorable en la medida en que esa respuesta ayude a lo que está haciendo el concejal”, concluyó la docente del programa de Comunicación Social de la Unab.

Universidad Autónoma de Bucaramanga

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