
Por Paula Juliana Reyes Torres / preyes302@unab.edu.co
En Bucaramanga, debido a la necesidad de disponer adecuadamente del aceite de cocina usado, se impulsa un proyecto desde los “Puntos Limpios” para el depósito del aceite, contando ya con cuatro de estos: el principal en la avenida Los Samanes con calle 56, en la Universidad de Santander (Udes), la Universidad Industrial de Santander (UIS) y en el centro comercial Megamall. Esta es una campaña del Área Metropolitana de Bucaramanga (AMB), en convenio con la empresa santandereana Grasecol que en su primera etapa busca que las personas tomen conciencia frente al debido manejo del aceite. Según las dos entidades, mensualmente en la ciudad se recogen 21 mil litros y cerca de 70 litros son de los puntos limpios.
Según la resolución 316 de 2018,“por la cual se establecen disposiciones relacionadas con la gestión de los aceites de cocina usados y se dictan otras disposiciones”, los productores, comercializadores y distribuidores deben cumplir con el correcto manejo de esta sustancia trabajando junto con los gestores autorizados. Actualmente, Grasecol es el único gestor autorizado en Bucaramanga. La empresa se dedica a la recolección, almacenamiento y disposición final del aceite usado, además funciona de manera logística, es decir, lo recolecta en la ciudad y lo administra comercialmente su venta al exterior para que pueda ser transformado, ya que en Colombia no existe alguna entidad que realice tal función.
Para la exportación del producto, Grasecol trabaja con otros gestores de todo el país para completar una cantidad de 100 mil litros. Finalmente, este residuo se destina como materia prima para la producción de biodiesel, pues después de un estudio realizado por la empresa santandereana, se descubrió que este es un aprovechamiento ecológico y sostenible.

Además de trabajar con restaurantes y distintos entes estipulados en la resolución, Grasecol junto con el AMB están apostándole al reciclaje de aceites en los conjuntos residenciales. Hasta el momento únicamente se ha trabajado con los conjuntos residenciales que estuvieron interesados en llevar a cabo el proyecto en el cual, el conjunto ponía su propio punto limpio, la empresa les brinda la capacitación necesaria y si el proceso se lleva de manera correcta, se compra el aceite en cantidades de 20 litros mínimo. No obstante, para septiembre se tiene planeada una prueba piloto en el barrio Real de Minas, donde todos los conjuntos residenciales de esta zona participen en dicha recolección.
Uno de los objetivos de esta prueba es resaltar la importancia que tiene reciclar la sustancia. De acuerdo con Diana Carolina Granados, fundadora de la compañía, en Bucaramanga el riesgo biológico por el indebido tratamiento del aceite es alto. Un litro de aceite afecta aproximadamente a mil litros de agua, al depositar el aceite por las alcantarillas se forma una película en la superficie que impide la oxigenación del agua, afectando a la flora y fauna. En los suelos, los derrames de estos residuos causan la esterilización y contaminación de la tierra. Y también, por la densidad del producto se pueden generar tapones en los alcantarillados y la propagación de vectores (mosquitos, roedores, cucarachas).
Granados enfatiza en la confiabilidad que se debe adquirir en los gestores autorizados. Existen gestores no autorizados que engañan a las personas para comercializar el aceite sin la reglamentación o los estándares de calidad y salubridad que se deben cumplir; no es desconocido que este aceite termina en varias ocasiones vendido como nuevo, reutilizado en negocios de comidas o hasta usado para hacer alimento para los animales, es de aclarar que esto no está prohibido, pero, puede generar afectaciones en la salud de los consumidores.
Carolina Jaimes, líder del grupo de residuos sólidos y peligrosos del AMB, afirmó que la convocatoria para gestores del tratamiento del aceite se encuentra abierta, pero son pocos los que realizan la inscripción. Para ser un gestor autorizado es necesario presentar un Plan de Contingencia, tener vehículos aptos y bodegas seguras para la recolección y demostrar la disposición final del aceite.
Empresas gestoras de estos residuos en toda Colombia trabajan para completar la cantidad necesaria de exportación que son 100 toneladas / FOTO PAULA REYES. Para reciclar el aceite usado se puede mezclar con otras grasas vegetales y animales, sin embargo, no se puede incluir ningún contenido de agua. / FOTO PAULA REYES. Existen cuatro puntos limpios en Bucaramanga que son en: La Udes, la UIS, el centro comercial Megamall y en la avenida Los Samanes con calle 56. / FOTO PAULA REYES.
¿Cómo es el proceso de reciclaje y recolección?
Los usuarios que individualmente deseen contribuir con el reciclaje del aceite, a medida que llenen su botella pueden llevarlo a cualquiera de los puntos limpios de la ciudad gratuitamente. En el caso de los conjuntos residenciales, si toman la iniciativa, deben adaptar un espacio en el conjunto como “punto limpio” y entre los vivientes conservar y llevar un buen uso de este; una vez se reúnan 20 litros, Grasecol se encarga de la recolección y del pago que corresponde a 18 mil pesos por esta cantidad.
Para el reciclaje del aceite es necesario tener en cuenta ciertas medidas que garantizan la posibilidad del posterior tratamiento. Primero, el aceite debe ser puro: no importa si tiene restos de comida o suciedad, pero, es primordial que por ningún motivo el aceite esté mezclado o tenga alguna cantidad de agua, pues esta induce al aceite a un proceso de fermentación y por lo tanto, se daña el producto. El aceite se puede mezclar con otras grasas animales o vegetales, como la mantequilla, la grasa de la tocineta o el pollo, entre otros. Segundo, el aceite no debe tener ningún mal olor sin importar el tiempo: esto indica que existe una alteración en este y por consiguiente no puede ser utilizado. Tercero, debe ser empacado correctamente en una botella para evitar derrames, además, que el recipiente esté en óptimas condiciones.