La columna de esta edición iba a ser dedicada a la película colombiana “X Quinientos” del director Juan Andrés Arango, quien se dio a conocer con su ópera prima “La playa D.C.”. Dicha película narra la historia de Tomás un joven afrodescendiente que a causa de la violencia huye hacia Bogotá, enfrentándose a una ciudad fría y hostil. Pero a partir de una tradición ancestral africana, en la que los esclavos cortaban el pelo de sus niños y dibujaban en sus cabezas mapas con rutas de escape, y emulando a sus antepasados, se dedica a la peluquería en una zona céntrica de la capital del país, conocida, paradójicamente, como “La Playa”. En ese proceso halla el mapa para encontrar a su hermano y de paso a sí mismo.
En “X Quinientos” vuelve a estar presente el tema de la migración, esta vez a partir de tres historias: el primer personaje es María, una joven filipina que debido a la muerte de su madre debe migrar a Montreal (Canadá) para vivir con su abuela, pero la vida en este país no es como la imaginó. Otro personaje es Alex, adolescente afrocolombiano, que debe construirse una historia como polizón en Estados Unidos para asumir la derrota de volver a su Buenaventura (Chocó) sin su hermano, a quien pierde en la travesía. Y por último David, joven indígena Mazahua que migra a Ciudad de México debido a la pérdida de su padre, donde padece la discriminación por su aspecto indígena, situación que sobrelleva asumiendo una identidad punk.
Esta se narra desde diferentes espacios, mostrando que, a pesar de las diferencias de lugares, los personajes padecen problemas similares: discriminación, pérdidas, y un mundo adverso que les exige crecer y transformarse rápidamente. Es por esto que esta producción colombiana ha sido seleccionada en más de 40 festivales.
Lamentablemente, esta película sólo fue estrenada por Cine Colombia en pocas ciudades y a Bucaramanga no llegó. No es la primera vez que sucede. Otras producciones, no sólo colombianas, tampoco fueron exhibidas en la ciudad. Las excluidas en su mayoría son cine de otras latitudes, independiente, y, tristemente, como en este caso, cine colombiano.
Al respecto, el columnista Iván Gallo ya había abordado este tema en una columna en el portal Las dos orillas, sobre la mujer que, según él, decide lo que podemos ver o no los colombianos, la cual tituló: “Pía Barragán, la mujer que decide qué películas se ven en Cine Colombia”.
Bucaramanga es sede de un festival “internacional” de cine que se desarrolla en las instalaciones de Cine Colombia, el FICS.
En esta ciudad tiene sede el Canal Regional del Oriente, TRO. También existen comunidades artísticas empíricas y programas académicos en las universidades la región, que abordan el arte en todas sus manifestaciones, entre ellas el cine y el audiovisual, lo cual asegura que exista una comunidad interesada en ver producciones de calidad, o por lo menos, otros cines además de la excesiva proyección de cine comercial norteamericano.
Durante este año, que celebración bombos y platillos los 90 años ¿de Cine Colombia, resaltando orgullosamente que durante todo este tiempo han llevado el cine a lugares recónditos, entonces, ¿por qué negarle a una película colombiana tan importante como “X Quinientos” (no lo digo yo, lo dice la calidad de festivales en donde la obra ha estado) la posibilidad de ser proyectada en Bucaramanga? ¿Realmente es una persona y un único criterio el responsable de decidir el cine que verán los colombianos? Y de ser así, ¿esto sería lo más pertinente para un país con realidades tan complejas, en el que las representaciones artísticas (entre ellas el cine) podrían ser parte importante de las herramientas para ayudarnos a entender el lugar en el que vivimos y poder seguir avanzando?
René Alexander Palomino R*
rpalomino@unab.edu.co
*Docente del Programa de Artes Audiovisuales de la UNAB.