Por Geily Johana Coronel Rodríguez / gcoronel@unab.edu.co

Durante años, el género femenino en las diferentes disciplinas del cine, literatura, teatro, pintura y música ha desempeñado un papel secundario. Sobre todo, en un ambiente social que pone en duda la capacidad de ellas. Sin embargo, en las últimas décadas, el talento de las mujeres ha ganado protagonismo y reconocimiento. En Bucaramanga y su área metropolitana se encuentran artistas de diferentes generaciones, campos y estilos; quienes, mediante su propia mirada y sensibilidad, irrumpen en el mundo del arte y de la cultura. 

Tirando lírica 

El hip-hop aparte de ser una herramienta musical de denuncia, ha sido un espacio de mayor participación masculina. Por lo general, en las puestas en escena son más notorias las propuestas de los hombres. Pero, cada vez resalta más la cara femenina en el hip hop, y un ejemplo de ello es Mariana Ximena Galvis, o, más bien “Nana”, cantautora bumanguesa.

En su carrera artística, Nana ha logrado aplicar un poco de su autenticidad a lo urbano. Para apropiarse de este género, lo armoniza y lo fusiona con otros géneros musicales. La experiencia en técnica vocal y musical fue necesaria para lograr su esencia: “con el tema de la composición en torno al hip hop, lo que hacía era tomar los beats (ritmo) y no lo rapeaba, sino que lo cantaba. Entonces, era muy extraño, me decían: por qué está cantando encima de un bombat”. 

Este estilo propio es acompañado de una postura crítica. Desde su punto de vista como “mujer, feminista y asumiendo diferentes perspectivas”, construye líricas cargadas de gran contenido político, social o en cualquier temática. La labor de autoexigirse en el argumento de las letras puede verse reflejada en una de las canciones que compuso, “Mal de amores”. Esta composición, con una voz poderosa y una melodía suave, nace como denuncia a los feminicidios de las estudiantes UIS, Angie Cruz y Manuela Betancur, ocurridos en 2020. 

Ambas fueron compañeras de Nana en los semestres de Trabajo Social. Ante la violencia, ella habla con lírica: “me gusta hacer el ejercicio de memoria y es que, si no lo nombro, ellas van a quedar en el olvido, va a seguir impune. Entonces, pues hablemos de nuestra muerte, para que no siga pasando. También como un ejercicio de pedir justicia, de hacer memoria y para identificar los espacios de violencia”. 

Satirik: un rap no macho

Un caso de los distintos talentos que posicionan al género femenino es Mariana Vanegas, mejor conocida como “Mc Satirik”, rapera y artista urbana. Desde el colegio le interesaba la música y hace dos años se entregó por completo al rap, motivada a hacer denuncias a través de un habla rítmica particular. El rumbo de la crítica social, combinado con el empoderamiento femenino, surgió por la columna de opinión “Siete y la niña” de la profesora Paloma Bahamón, misma que habla de los siete violadores militares que destrozaron a una niña indígena emberá. 

Con indignación y por la violencia de “las manzanas podridas” creó la composición “7 vs una”. La canción señala el horror que comete el Ejército Nacional y lo ineficiente de la justicia colombiana. Ante esto, Vanegas es contundente: “siento que en ese momento nace el replantear mis letras. Desde ahí sale un freestyle que después convertí en una canción. Es más como denunciar esos abusos contra las niñas, las mujeres. Entonces comienzan a tener como un camino mis letras, mi arte y mi rap”. 

A medida que pasa el tiempo, el rap va evolucionando. Este estilo musical, que nació 100% masculino, es reivindicado por mujeres que denuncian, gritan o se hacen sentir por medio de las estrofas. De la misma manera, los espacios se están dando en sitios culturales como el Municipal o Baba Yaga. Lugares que han organizado eventos con solo mujeres y han abierto las puertas a artistas como Satirik, quien resalta en sus composiciones que “somos poderosas, debemos sentirnos orgullosas de lo que somos, de lo que sentimos, de cómo queremos ser y sentirnos libres de poder decir: yo quiero, yo soy así. Resaltar esas capacidades que nosotras tenemos como mujeres”. 

Explosión de colores en la calle

Los muros son otro lienzo que, junto a los lápices, bocetos, aerosoles y colores vivos, hacen brillar el arte de “Nubee”. A los 9 años empezó a dibujar gracias a un curso y posteriormente se convirtió en estudiante de Artes Plásticas. Trabaja en dos enfoques o proyectos: el primero es profesional -la pintura y el arte plástico- y el otro de calle -la ilustración y el muralismo-. 

Nubee ha consolidado un estilo que, en parte, es influenciado por las ilustraciones japonesas y permeado por el cómic americano. En sus trabajos, resalta la paleta con tonos pasteles, que en cualquier pared grisácea llama la atención e invita al público a fijar la mirada. Es consciente del propósito de sus creaciones, porque reconoce que “el arte se defiende solito y los colores dicen: ‘aquí estoy, mírenme porque estoy brillando’”. 

Posee una composición y estilo único, pero es fiel a la creencia de estar en constante cambio al adoptar y nutrirse de otras expresiones. Por eso, no deja de buscar referencias, la lista es larga, pero destaca a la fotógrafa Vivian Maier, la pintora Leonora Carrington y las muralistas Tysa Paulina y Ledania. Estas dos últimas artistas son una pequeña parte de las grafiteras y muralistas que pertenecen a la contraposición del grafiti de fuerte carácter masculino y machista. Adicional a ello, la censura es común en el mismo sector y sobre todo cuando se pinta en el territorio de alguien que reclamó como suyo, aunque la calle es un espacio público “es de todos”.

A Nubee le taparon un mural que hizo junto a una compañera: “tu creas un mural y a los 15 días te lo cubren, es natural, porque la gente quiere crear nuevas cosas y buscar muros. O sea, es un tiempo como prudente por decirlo, pero a los dos días que te borren algo yo sí siento que eso contaría como censura, como violento”. 

A pesar de “las borradas”, muchas grafiteras continuarán con el arte de las calles, potencializando la belleza de lo cotidiano. También talentos, como Nubee, graficarán mediante destrezas artísticas los deseos, necesidades y temores que muchas o muchos se callan. Por todo esto, bienaventurada y bienvenida sea la rebelión artística femenina en Bucaramanga.  

Universidad Autónoma de Bucaramanga