
En el año 1986, cada fría mañana en Bogotá el sargento mayor Jaime Eladio Cárdenas calentaba el motor de su Renault 4 rojo durante 15 minutos. En él transportaba al colegio a sus tres hijas: Ana, Aura María y Eliana, junto a quienes además recorrió gran parte del territorio colombiano en su ‘R4’. Historias y momentos como estos, cuenta Cárdenas, son los que quedan en la memoria de todo aquel que un día tuvo uno de estos ‘amigos fieles’. Jaime Cárdenas es uno de los muchos habitantes de Bucaramanga que tienen o tuvieron este automóvil.
Originalmente fabricado en Francia en 1961, este auto llegaría nueve años después a tierras colombianas para posicionarse como una insignia. Entre 1970 y 1992 se vendieron alrededor de 100 mil ejemplares de este modelo a un precio inicial de 50 mil pesos de la época. Un ejemplo de la popularidad que ha alcanzado es el monumento (de autor desconocido) que hay en la vía Bucaramanga – Zapatoca, en donde reposa la carrocería de un Renault 4 amarillo en la cima de un montón de rocas.
¿Cómo llegó este modelo a ser tan reconocido en todo el país? Pues no fue del todo sencillo. Aunque el carro era asequible para la clase media y alta colombiana, se veía frágil y eso no convencía mucho a la gente a la hora de comprarlo. Ante estas inquietudes, los empresarios del ‘R4’ y la Sociedad de Fabricación de Automotores S.A (Sofasa), encargada del ensamble de motores de Renault en Colombia en ese entonces, idearon el Rallye Colombia, una competición en que este carro demostró a los colombianos que era capaz con los caminos más difíciles. Desde entonces se “disparó”, además de su venta, el cariño de la gente hacia ellos.
El ‘R4’ en Bucaramanga

Posiblemente la mayoría de los habitantes de Bucaramanga hayan probado (o por lo menos visto) el merengón. Este postre hecho con merengue, crema batida y frutas, quizá traiga al pensamiento la figura de un Renault 4 con la puerta del baúl abierta mientras exhibe el producto. “Llegó ‘El Gordo’ en el carro del merengón” le decían a Christian Contreras Rico (‘El Gordo’) sus amigos en el colegio cuando lo veían en el ‘R4’ de su papá, que no vendía merengón, pero igual los jóvenes así lo reconocían. “Ellos me molestaban pero yo siempre estuve orgulloso del carrito, hoy en día está hermoso”, cuenta el joven de 20 años.
Actualmente en Bucaramanga hay dos grupos o clubes dedicados a rendir un tributo a este reconocido automóvil: Club Renault 4 Bucaramanga y El Renault 4 Es Mi Pasión Bucaramanga, este último liderado por Elkin Alexander Cañas, operario de la Clínica Chicamocha, de 36 años y amante del ‘amigo fiel’. Hace doce años la ilusión de tener un transporte propio lo llevó a comprar su auto: “desde ahí nació el amor por él, más adelante me di cuenta de que había otras personas con la misma pasión y decidimos formar el grupo”, dice Cañas. La idea de este club es “motivar la gente” a ver que estos vehículos se pueden arreglar y valorizar. En la capital santandereana se consigue uno de estos autos desde millón 500 mil, hasta 12 millones de pesos. “Depende del valor sentimental que los dueños tengan”, expresa.
El 15 de julio de 2018 se organizó una “rodada” (salir a la calle con los carros en caravana) con motivo del cumpleaños del Renault 4 en Colombia. Dicho evento tuvo lugar en Bucaramanga y participaron más de 30 carros del área metropolitana. Ya que estos grupos cuentan con integrantes en diferentes municipios de Santander, la idea para este año es organizar una “rodada” con todos ellos hasta Pereira, lugar donde se realizará la celebración este año el 19, 20 y 21 de julio.
‘El Copo’ y ‘La Pantera Rosa’
Es habitual que se le pongan nombres o apodos a estos ejemplares, los carros de Elkin Cañas y Edgar Hernández Gaitán (vicepresidente del club), ‘El Copo’ y ‘La Pantera Rosa’ respectivamente, así lo demuestran. Los dos autos son ejemplo de la elegancia y extravagancia que pueden representar los vehículos de este modelo.

Por un lado está ‘El Copo’, que recibe ese nombre por el blanco perla de su pintura la cual lo asemeja, según Cañas, a un copo de nieve. Sobrio y elegante, con modificación de altura para que se vea un poco más bajo y una silletería contemporánea extraída de un Chevrolet Spark. Por otro lado está ‘La Pantera Rosa’. Pocas veces se verá un Renault 4 rosado, con franjas laterales negras y luces de neón en el frente, debajo y detrás del auto, por eso es especial. “Uno llega a cualquier lado y la gente habla del carro, eso me gusta y estoy contento con él”, cuenta Hernández.

Ambos carros tienen un factor en común y es que portan una calcomanía con su mote. “El Copo” en la parte superior izquierda del parabrisas trasero y “Pink Panther” en el frente, acompañado de diversas imágenes del dibujo animado. Otro aspecto que comparten son las modificaciones, según sus dueños, las más comunes son el cambio de rines, de silletería, de motor y de pintura.
Por Johan Alejandro Paipa
jpaipa@unab.edu.co