Por: Henry Nicolás Suarez Díaz/hsuarez336@unab.edu.co
Esfuerzos diarios, rutinas exigentes y fuerza mental. Ese es el día a día de María Camila Pinto Moreno, fisicoculturista de 20 años, estudiante de ingeniería industrial de la Universidad Pontificia Bolivariana, en la ciudad de Bucaramanga. El 24 de julio participó en el campeonato del Grand Prix Santander, en la categoría novatos wellness, coronándose campeona al levantar la presea dorada. “Competir es un trabajo de disciplina y constancia. cada día tienes que cumplir con tus requerimiento nutricionales, tus cardios, tus entrenos y dar todo al 100%. Cuando compites las comidas libres quedan restringidas y tienes una dieta estricta. Tu entrenador dirige y planea todo el proceso para dar lo mejor en la tarima”, comentaba Camila.
En la práctica de este deporte es indispensable contar con un preparador con experiencia y conocimiento que estructure todos los diferentes procesos de alimentación y entrenamientos que conlleva la competencia. “En el 2021 busqué a Edisón Chinchilla, un coach con más de 20 años de trayectoria preparando atletas. Le comenté mi deseo de competir, él me evaluó y determinó que sí tenía una figura moldeable y podría ir natural, sin ayudas farmacológicas”, aseguró la estudiante.
El entrenador de 102 kilos de fuerza y músculo, Edisón Chinchilla, aseguró que: “con Camila desde enero hasta mayo se hizo un proceso de superávit calórico”. Es la etapa donde se come demasiado y el atleta no sufre de ansiedad y tampoco hambre. Puede comer salsas de tomate, fruta como Piña y bastante papá y arroz, de acuerdo al gusto de la persona. Edisón añade qué: “lo difícil empieza en los meses siguientes. Se comienza con la etapa contraria, la de definición. Aquí se bajan los carbohidratos poco a poco, se disminuyen las calorías empezando a sentir más hambre”.
La preparación a nivel mental es el reto más grande en estas competiciones. María Camila nunca imaginó ser capaz de convertirse en una atleta de fisicoculturismo, afrontar los cambios de humor que conllevan la preparación y alimentarse cada día sin importar el cansancio que exista. Ese poder mental es lo que más admira de los fisicoculturistas.

En el 2019, empezó su acercamiento a la actividad física. Pasó a incluir el ejercicio como una rutina más de su día debido a las horas deportivas que exigen como requisito en la universidad. Sin embargo, con el paso del tiempo, el gimnasio empezó a ser su estilo de vida. Allí encontró su lugar favorito, dónde podía despejar las preocupaciones y liberar energías pesadas. “Decidí competir ya que en el 2021 estuve en el evento del Grand Prix Santander repartiendo volantes, me llamó mucho la atención las atletas con sus cuerpos físicos imponentes. Desde ahí me prometí que algún día estaría en esa tarima demostrándome a mí misma, y a todas las personas que me decían que no podría competir porque mi figura, que lo logré”, comentó María Camila.
Como estudiante no es tan fácil llevar la alimentación si vas a competir. Camila cuenta que: “mis amigos de la universidad son personas que no comparten el mismo estilo de vida que yo llevo. Siempre que hacían planes, terminaban en salir a comer a restaurantes que yo no podía por la preparación. Tuve que tomar la decisión de alejarme y no salir con ellos porque simplemente me conocía y sabía que quizás la iba a embarrar”. No es fácil luchar contra las opiniones ajenas y los antojos, pero para ella, su meta estaba clara.
Jaider Amador, pareja de María Camila, comenta que: “siempre traté de estar en lo posible para ella y brindarle todo mi apoyo, sobre todo en los bajones emocionales que sufría por la dieta tan estricta que lleva. También a través de motivación por medio de mensajes. Siempre la apoyé en su alimentación. Buscamos opciones diferentes como ir a cine pero sin romper la dieta, también cafés, hasta comprábamos en Juan Valdez, pero en vez de leche, ella llevaba su servicio de proteína y lo tomaba como una malteada fit”.
La disciplina y la constancia son cualidades para el éxito en este deporte. Se debe ser muy aplicado en la alimentación y por fuera del entorno del gimnasio es fundamental tener una responsabilidad de deportista profesional para no incumplir con el plan acordado. Cuando entran a competencia se tiene que tener la meta clara, no pueden existir improvisaciones, se tiene que llegar con la mejor puesta a punto posible para llevarse la victoria.
María Camila sigue motivada en sus estudios y en entrenamientos. Está enfocada en su preparación física y mental para seguir con su deporte. Su meta es conseguir los recursos económicos suficientes para la competencia de fisicoculturismo natural en el 2023.