Si usted vive o ha visitado Bucaramanga de seguro ha visto calles llenas de graffitis y murales coloridos que dan vida y belleza a fragmentos de la ciudad, no obstante, también se ven muros que están desgastados, viejos o contaminados con publicidad.
Bucaramanga, Bogotá, Medellín, Santa Marta, Cúcuta, Ibagué y Soacha son algunas de las ciudades donde predominan las calles de colores y donde Fabián Medrano o ‘Scralw’, como es conocido, ha dejado su firma restaurando espacios y protestando con arte. Con su talento ha logrado pintar en diferentes lugares de Colombia y en diversas ciudades de Ecuador, como Quito, Guayaquil, Salina, y Montañita. Sin embargo, para llegar a este punto, ‘Scralw’ ha tenido que recorrer un largo camino.
Desde sus 14 años el dibujo fue su mejor amigo. El gusto comenzó gracias a Javier Núñez más conocido por sus amigos como ‘Pepe’, un camarada que compartía este oficio. Para ese entonces Medrano vivía en Campo Hermoso, el barrio que lo vio crecer, “todos los días llegaba a la cancha a jugar fútbol con ‘Pepe’ y me mostraba sus dibujos, al ver el talento que tenía, me animó a aprender”, afirma.
Inició con ilustraciones de Dragon Ball Z y diferentes animaciones que le ayudaron a conocer más de esta práctica y mejorar su técnica. Un tiempo después de estar compartiendo, Javier Núñez viajó a Bogotá y estuvo en la feria del libro donde encontró formas más atractivas y urbanas de hacer arte, graffitis y murales con aerosol. Desde entonces, juntos profesaron su amor por el arte callejero.
En el transcurso de su vida han aparecido personas que lo han apoyado, contribuyendo a su crecimiento artístico y personal. Es así como llega a su vida Carlos Angarita, conocido por sus amigos como ‘Trozo Angarita’ otro artista urbano con el que compartió la calle. Juntos pintaron en incontables ocasiones, haciendo lo que ellos llaman ‘vandals’, dicho término radica en pintar en horas de la noche en lugares no legales, protestando ante la realidad política, económica y social que enfrenta la ciudad o el país. Así es como Medrano comienza a explorar nuevas facetas del graffiti conociendo en su totalidad esta forma de hacer arte.
Esta es una práctica peligrosa, en una ocasión a sus 15 años ‘Scralw’ corrió riesgo de quedar privado de su libertad a manos de la ley junto a su amigo ‘Trozo’. “Llegaron unos policías y empezaron a gritar, ‘tírese a tierra’, yo no entendía, nos apuntaron con un arma y salió un casquillo de bala, me pegaron un cachazo. Gracias a una gorra que tenía me salvé de que no me hubieran ‘rajado’, porque me dejaron un chichón, nos preguntamos porque nos trataban así, si no estábamos haciendo nada malo, solo expresándonos a través de la pintura”, aseguró. Aunque el ‘vandals’ no es un acto legal, han encontrado allí la forma de hacer visible lo que es invisible ante los ojos de la sociedad.
Este es uno de los graffiti que ha realizado Fabián Alcides Medrano Campos en la ciudad de Guayaquil, Ecuador, en el que ilustró un pueblo del viejo oeste. /FOTO SUMINISTRADA
La aventura del graffiti
Para ‘Scralw’ no ha sido fácil pertenecer a este grupo urbano, a lo largo de su recorrido ha tenido que presenciar situaciones desagradables como pasar la noche en un calabozo con asesinos, esto le sucedió al obtener su primer empleo como graffitero a los 16 años. Él tenía que poner una plantilla con la frase “El Suplente” en diferentes zonas de la ciudad, iba junto a sus amigos Rodrigo, Manuel y Nicolás. La Policía Nacional les quitó todas sus pertenencias, pero como era menor de edad lo trasladaron al Centro Especializado de Servicios Judiciales para Adolecentes Cespa, “me metieron a un calabozo con ñeros, habían unos loquitos que habían matado a un pelado en una pelea a cuchillo en la calle de los estudiantes, como era la primera vez que me metían a un calabozo tenía mucho miedo, y más con todos esos ‘carelocos’, no pude dormir”, asegura. Pero no todo es malo, el graffiti es un lenguaje y por eso ama hablarlo, mejorar espacios, protestar, practicarlo en diferentes ciudades del mundo.
Con el paso del tiempo, empezó a formarse como diseñador gráfico en búsqueda de mejorar su técnica y comenzar su carrera profesional. Sabía que pintar era su prioridad, por eso comenzó a posicionarse en el medio, trabajando con sus ideas en el muro. Así inició a ganarse la vida, pintando por dinero, participando en eventos y convenciones. Al principio tuvo que regalar su trabajo, laboraba en una zapatería y cada peso que entraba a sus bolsillos ya tenía un destino: latas de pintura. Medrano cuenta “a veces los pagos no son buenos, de un proyecto de doscientos millones de pesos nos pagan solo un millón o a veces solo es hospedaje y comida”. Lo importante para él no es el mérito económico, sino darse a conocer mientras hace lo que ama.
Haciendo todo por pasión, mientras no se daba cuenta que era un aporte a su carrera como artista. “Al principio mi mamá me decía que dejara de invertir en eso, que solo eran gastos, pero luego vio como las latas llegaban a mí, la gente me las regalaba y las enviaban a casa” añade. Con su esfuerzo y dedicación ‘Scralw’ se convirtió en uno de los artistas más reconocidos en el medio, logrando que pagarán por su labor. Lleva cuatro años sin comprar una lata de aerosol y trabaja constantemente con su arte.
Actualmente, cuenta con el título de diseñador gráfico de Colombia College, en donde mejoró su técnica y aprendió nuevos recursos gráficos que han servido para llevar sus ideas al muro.
Este profesional y aventurero, hoy día a sus 23 años espera seguir mejorando, y enseñando, a los niños y adultos que desean aprender este oficio. “El graffiti es un arte y hay que dejarlo fluir, así todo es más bonito y tranquilo, además, a hacer amigos” asegura Fabián Medrano.
Graffiti realizado en el barrio Cañaveral de Floridablanca por Fabián Alcides Medrano Campos, conocido artísticamente como ‘Scralw’. /FOTO SUMINISTRADA
Por Julieth Solano Sarmiento
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