Aunque en abril del año pasado durante el mandato del alcalde liberal Luis Francisco Bohórquez Pedraza se confirmó la demolición del Puente de Conucos por obras del tercer carril y el vencimiento de la vida útil de la plataforma y se aseguró, por parte de la Secretaría de Infraestructura de Bucaramanga encabezada por Clemente León Olaya, que la construcción sería entregada para diciembre de 2015 y que tendría un costo de 112 mil 358 millones de pesos, hasta el momento ninguno de los dos proyectos ha finalizado. Para evitar mayores retrasos van a dinamitar lo que queda de la estructura mediante un proceso de implosión que se llevará a cabo en mayo.
El alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández Suárez, el pasado 30 marzo hizo la denuncia ante los medios de comunicación sobre los sobrecostos y retrasos de esta obra, aseguró que “el desplome del Puente de Conucos, contractualmente, estaba pactado en $50 millones y el gobernador saliente, Richard Alfonso Aguilar Villa, les autorizó a los contratistas 1.050 millones de pesos, 21 veces más de lo acordado”.
Mauricio Mejía Abello, actual secretario de Infraestructura de Santander, aseguró que este nuevo mecanismo se implementará para “solucionar un problema que se viene presentando con el hilo diamantado y acelerar el proceso para que se pueda lograr la construcción del nuevo puente, el cual debe ser entregado en diciembre de este año”.
Algunos de los residuos resultantes de las labores de demolición del Puente de Conucos caen sobre la vía generando dificultades en el tráfico vehicular. /FOTO VALESCA ALVARADO RÍOS
Algunos de los residuos resultantes de las labores de demolición del Puente de Conucos caen sobre la vía generando dificultades en el tráfico vehicular. /FOTO VALESCA ALVARADO RÍOS
Este sistema que fue aprobado en la gobernación de Aguilar Villa en julio de 2015, consiste en “hacer cortes limpios en losas de concreto de todo espesor, incluso las reforzadas con acero y las estructuras metálicas”, como lo expuso en ese momento Fernando Rodríguez, Ingeniero de DCC Demoliciones Colombia, empresa encargada de la obra. Sin embargo, este método requiere del uso de agua que genera goteos, “esa agua está cayendo a la carretera y en lo vehículos de la parte inferior, ya que hay tráfico por arriba y por debajo del puente”, aseguró el funcionario, por lo que considera que “toca, necesariamente, buscar otra alternativa para evitar incomodar a las personas que circulan por esa vía”.
El Consorcio Vial Puerta del Sol, del cual hace parte la familia Valderrama Cordero, quienes cuentan con el 51 % de las acciones con las empresas Valco Constructores, Constructora Valderrama y VG Constructores, fue el encargado de trazar el plan de trabajo para la demolición del puente, que se empezó a desmontar por la parte norte para no impedir el tráfico vehicular entre Cabecera del Llano, La Victoria y Girón. Dentro del contrato la firma constructora dejaba en manifiesto que la construcción de la nueva estructura tardaría seis meses.
La implosión
Zoraida Ortiz Gómez, secretaria de Infraestructura de Bucaramanga, afirmó que “la demolición del puente de la carrera 33, mediante el nuevo método, es una de las alternativas que se estudió para cumplir con el cronograma que se tiene establecido”, y agregó que “se hará una reunión con Metrolínea, Tránsito, los contratistas, interventores y la representación de la Alcaldía para tratar este tema”.
Este es un sistema que consiste en la instalación de cartuchos de dinamita en lugares estratégicos de la construcción y, mediante una detonación controlada, el desplome de las partes sobre las bases de la estructura. Mejía Abello expone que “al final lo que se busca es que todos los escombros queden reducidos a un tamaño tal que puedan ser cargados de forma inmediata a la volqueta”.
Durante el proceso de implosión de lo que queda de la estructura del puente se cerrarán las vías, superior e inferior, para dar paso a la recolección de escombros. /FOTO VALESCA ALVARADO RÍOS
Durante el proceso de implosión de lo que queda de la estructura del puente se cerrarán las vías, superior e inferior, para dar paso a la recolección de escombros. /FOTO VALESCA ALVARADO RÍOS
Otra de las razones por las cuales se decidió cambiar a este mecanismo, es la reducción no solo en el tiempo sino en los costos que implica el proceso. El desmonte del 50 % de la estructura que aún sigue en pie, con la máquina anterior podría tardar cuatro meses más y necesitar un presupuesto de $400 millones sumados a los 1.050 millones de pesos que ya se invirtieron en el proceso, mientras que con la dinamita solo costaría 200 millones de pesos.
Ortiz Gómez manifestó que “la diferencia de un sistema a otro es el tiempo de interrupción del paso de la vía”. Los escombros resultantes del corte con hilo diamantado tenían un tamaño de 80 metros de ancho por 28,8 metros de largo lo que facilitaba su transporte mientras que los escombros resultantes de la implosión obligarían al cierre de la vía.
El secretario de Infraestructura de Santander explicó que “no se pensó implosionar desde el primer día porque una de las condiciones de la licitación era que se debía mantener el paso por la carrera 33 y por la autopista de Bucaramanga”.
La movilidad
Aunque la implosión aceleraría el proceso de entrega final de la obra, requiere del cierre total de las vías, tanto de la parte superior como de la inferior, por tres o cuatro días según lo explicó la Secretaría de Infraestructura departamental, lo que generaría un colapso en la movilidad de la ciudad.
Miller Humberto Salas Rondón, director de Tránsito Bucaramanga, dijo que “la situación general aún no está definida porque no se han sentado con los constructores del tercer carril para establecer lo que se llama el manejo de tráfico”.
La Secretaría de Infraestructura estudia la posibilidad de solicitarle a la Alcaldía que decrete (para la fecha que se determine después de la reunión de los organismos involucrados) el “Día de no carro” para facilitar el trabajo.
Las obras del tercer carril y de la demolición del puente que se adelantan en este tramo generan un colapso vehicular creando taponamientos de ‘pico de botella’ en ambos sentidos de la vía de la autopista y en la parte superior. / FOTO VALESCA ALVARADO RÍOS
Las obras del tercer carril y de la demolición del puente que se adelantan en este tramo generan un colapso vehicular creando taponamientos de ‘pico de botella’ en ambos sentidos de la vía de la autopista y en la parte superior. / FOTO VALESCA ALVARADO RÍOS
Pese a ello, la situación generó polémica entre el gremio de taxistas quienes no están de acuerdo con el nuevo sistema. Daniel Méndez Santos, presidente del Sindicato de Taxistas de Bucaramanga, expuso que “están convocando a una marcha el próximo 25 de abril porque lo que están haciendo es una improvisación de las obras que ya estaban programadas”. Las vías que serán cerradas son las que conducen de la carrera 33 a Girón y la autopista, bloqueando el tráfico en el sentido sur norte, Piedecuesta Bucaramanga, y norte sur, Bucaramanga Piedecuesta.
Hay que recordar que las obras que se adelantan en el tercer carril generan un ‘pico de botella’ y aumentan el tiempo de traslado de los conductores. Esta no es la única vía que existe para conectar al municipio de Bucaramanga con Girón y Piedecuesta, pero sí es la principal. Mejía Abello reiteró que “se está buscando que el procedimiento se haga un fin de semana, que incluya lunes festivo, para que el impacto a las personas sea mínimo”. Por su parte, Salas Rondón aseguró que “aunque el sábado hay mayor afluencia en la vía porque no hay pico y placa, se debe proponer un plan de contingencia para permitir el flujo vehicular”.
Valesca Alvarado Ríos
Universidad Autónoma de Bucaramanga

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