El pasado 27 de septiembre, la Secretaría de Salud de Bucaramanga realizó una inspección de vigilancia y control a los centros de salud de la ciudad, en el barrio Kennedy. En el lugar se encontraron distintas situaciones que ponen en riesgo la salud tanto de los pacientes, como el cuerpo médico y profesional que allí labora.
Ratones, comején, humedad y suciedad fue lo que se halló en este centro prestador de salud, lo que ocasionó que el secretario municipal de Salud, Raúl Salazar Manrique, tomara la decisión de sellar definitivamente el lugar.
Los habitantes manifestaron su inconformidad frente al asunto, especialmente porque no se les dio claridad sobre qué pasaría con las personas que requieran los servicios médicos que allí les prestaban.
El centro de salud Kennedy tiene más de 40 años de haber sido construido y atendía diariamente a 200 personas pertenecientes a este barrio y a sectores cercanos como Bavaria, Café Madrid y Betania. Algunos de los beneficiarios aseguran que a pesar de que las instalaciones no eran las más adecuadas para las consultas, el servicio médico sí era el más oportuno para ellos.
Daniel Gil Niño, presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Kennedy, expresa que la decisión fue tomada arbitrariamente por los entes encargados y que hace un mes “nos manifestaron que en los primeros días de octubre iban a hacer los arreglos locativos, mientras el proyecto iba avanzando”. Sin embargo, la Secretaría tomó la decisión final y el realizar ajustes locativos a las instalaciones no sería viable.
Ante esto, el secretario de Salud aclaró que no era factible realizar adecuaciones a corto plazo, ya que se piensa a futuro con el Plan Bienal de Salud y argumentó que en unión con el Instituto de Salud de Bucaramanga, Isabú establecieron que “no es tan oportuno hacer toda la inversión de 70 millones, ya que en seis meses estaríamos prácticamente tumbando para comenzar a construir, porque va a ser el primer centro de salud que hemos definido que vamos a arrancar para tumbar y hacerlo nuevo”.
Sin embargo, la comunidad aún no tiene claras las razones del cierre definitivo. Es por esto que Juan Eduardo Durán, gerente de Isabu, aclara que se está esperando una aprobación del Ministerio de Salud para iniciar los proyectos de construcción y adecuación de varios centros asistenciales de Bucaramanga y que “una vez se tenga la aceptación se procederá, por parte de la Alcaldía a la adecuación y construcción de ellos, dentro de esos, el puesto de Salud del Kennedy sería el prioritario”.
El plan Bienal de Inversiones Públicas en Salud consiste en un programa que incluye proyectos de inversión por las Empresas Sociales del Estado, las Alcaldías Municipales y el Departamento, destinados a infraestructura, dotación o equipos biomédicos que el Ministerio determine que sean de control especial.
En Bucaramanga este Plan se basa en la reconstrucción de seis centros prestadores de servicios médicos, entre ellos, los puestos del Kennedy, Girardot, La Joya, El Rosario y el ubicado en el barrio Bucaramanga. Aproximadamente 23 mil millones se destinarán para estas obras.
Como solución a los habitantes del sector, las autoridades dispusieron la prestación de los servicios médicos en el Hospital Local del Norte y el Centro de Salud Villa Rosa. En el primero se abrirán tres consultorios sólo para atender a la población del Kennedy, y en Villa Rosa, se extenderá los horarios para poder atender al resto de habitantes de la zona.
No obstante, la comunidad no quedó satisfecha. Gil expresó su descontento afirmando que “si actualmente en el Hospital del Norte se presentan serias complicaciones de espacios y de tiempos, ahora cómo así que nos quieren meternos allá”. Aunque Salazar afirma que en seis meses iniciaría la demolición y la construcción del centro de Salud, asegura que aproximadamente un año puede tardar la remodelación total del lugar.
Por Wendy Paola Pinto Figueroa
Wpinto68@unab.edu.co