Por Angie Valentina Hurtado y Priscila Sáenz Figueroa ahurtado894@unab.edu.co / psaenz730@unab.edu.co
Los oficios del hogar y la familia eran la única labor de Marixa Guarín Moreno, Mary. Una ama de casa de 40 años que se dedicaba a la crianza de su hijo Andrés Becerra. Mary lo recuerda: “antes era una mujer entregada al hogar común y corriente, la más amargada, con más mitos que no se alcanzan a imaginar”. Mientras Mary ocupaba sus ratos libres haciendo ejercicio, su hijo se apasionaba por las redes sociales, la fotografía y la creación de contenido.
En una de las tantas locuras de Andrés, o “Crazyandres”, como él mismo se denomina, el joven de 20 años de edad, decidió realizarle unas fotos a su madre, sin saber que luego habría un público amplio que desearía consumir las fotos de Mary con un tinte más erótico. La misma Mary lo recuerda: “yo no necesitaba publicar nada, las mismas personas me escribían y me preguntaban, ‘¿tienes Only?’ Esa es la primera pregunta. Hoy en día es algo tan normal decir: ‘hola, ¿tienes Only?’”.
Según el diario digital argentino Infobae, la plataforma “OnlyFans” fue creada inicialmente con el fin de impulsar creadores de contenido como influencers para que ofrecieran material audiovisual Premium y que les pagaran por suscripción. Sin embargo, con el tiempo fue adquiriendo fuerza como un medio de contenido para adultos, “se transformó en una fuente de ingreso para muchas personas -sobre todo mujeres- que vieron la posibilidad de capitalizar con la venta de fotos y videos eróticos las pérdidas económicas”.
Con esto, Mary y Andrés vieron la oportunidad de crear una empresa familiar para generar ingresos a partir de contenidos eróticos para la web. “Si tu mamá vende empanadas, tú ayudas a que tu mamá venda empanadas. Si tu mamá vende fotos, nosotros hacemos un negocio y lo vemos netamente como eso, como una empresa”, comenta Mary.

Aunque para ellos esta actividad económica sea vista como una empresa, la psicóloga Alejandra Lizarazo, afirma que esta nueva modalidad de vender contenidos sensuales y eróticos “está vista a manera de prostitución, porque es el intercambio de algo corpóreo por dinero o algún bien material”. Además, afirma que en el marco legal colombiano “no está calificado como un trabajo, porque para ser un trabajo debe tener unas implicaciones legales, al empleado hay que pagarle varias cosas que en la prostitución no están cubiertas”, lo que genera un vacío que no permite definir esta labor como legal o ilegal.
El tema de la prostitución y la sexualidad a través de lo virtual tiende de un hilo muy fino en el que se pueden confundir las labores que cada una de las partes ejerce. Así lo expresa la modelo webcam Johanna Molina: “la gente confunde las modelos webcam con las chicas prepago, el hecho de que yo tenga publicaciones sexys o sensuales hace que muchos hombres lleguen y pregunten ‘¿cuánto me cobras por una noche?’, y yo les digo, ‘no te confundas, yo solo hago contenido virtual, nada real’”.
Mary se olvidó por completo de su vida dedicada al entrenamiento físico para convertirse en una estrella de sensualidad captada por su hijo. Ella lo describe: “ser entrenadora física, era algo muy lindo, muy hermoso, pero no se compara con los ingresos económicos. Y eso no significa que sea fácil, porque no es fácil”.
Así como Mary, la webcamer Lizeth Lizcano también habla sobre la idea errónea que se tiene sobre la “facilidad” de ganar dinero con este trabajo. “Muchos dicen que eso es plata fácil, pero realmente no es fácil porque no cualquier chica puede ser modelo webcam. No solo es llegar, sentarte en una cámara y quitarte la ropa, va mucho más allá de eso. Hay que ser mucho más inteligentes porque hay que preocuparse también por el usuario, cómo se siente, cómo está, si ya comió, si no comió. Es como volver más interesante mucho más allá del sexo y masturbarse”.
A su vez, Alejandra Lizarazo refuerza la idea de que en este ejercicio el dinero no se gana de forma fácil y aunque parezca que se genera más rápido, tampoco es así: “cuando uno comienza a hablar con estas personas se da cuenta que no es sencillo, que existen varias complicaciones adheridas a esto. Entre eso, dolor corporal, cansancio, moretones y una gran diversidad de cosas. Además, no es tan rápido como parece, estas personas trabajan hasta 8 horas nocturnas y luego a madrugar. Y no es sencillo, ya que implica manejar una segunda identidad y disponerse para el trabajo después de estar todo el día estudiando o con la familia”.
Mary y Andrés sabían que las críticas por parte de sus conocidos iban a llegar así como el dinero a su plataforma y más al saber que su propio hijo era quien le iba a crear los contenidos eróticos de entretenimiento para adultos: “el 100% de mi familia se avergüenza, creo que aún lo hacen, otros se sienten orgullosos, pero a mí lo único que me importa es la opinión de Andrés. Segundo él, tercero él y nada más, nadie le aporta a uno, nadie le da nada.”

Los más de 50 mil seguidores en su cuenta de Instagram y sus usuarios de Only fans pagarían “millonadas” como describe ella, por ver un video érotico con su hijo y hay quienes quedan sorprendidos de que su propio hijo retrate en el lente la desnudez de su madre. “Yo siempre me desvestí en frente de mi hijo, nos bañábamos juntos. Si la naturaleza de mi hijo se alborota al verme a mí en vestido de baño o en ropa íntima, es porque esa naturaleza está mal criada. Entre nosotros no existe ese morbo, yo prefiero que el que siempre me ha visto desnuda sea la persona que me tome las fotos”, confiesa Mary.
Ante la sociedad actual, muchas veces estas prácticas son vistas sin tabú, como algo que día a día se va aceptando. No obstante, desde la perspectiva religiosa, Juan de Jesús Pichardo Valentín, padre líder de la congregación de terciarios capuchinos, dice que esto es algo que inevitablemente se vuelve “un reflejo de que vivimos en una sociedad que en gran medida ha perdido los grandes valores tradicionales que atentan contra la dignidad humana. Es algo que destruye la vida, la moral, los valores de tantas personas que se dejan llevar por lo económico y dejan de lado su integridad como persona”.
A pesar de los ideales y pensamientos de la sociedad respecto a este tema, una gran parte de modelos y, principalmente, mujeres que trabajan en esta industria concuerdan con la idea de que este trabajo les ha brindado mayor seguridad respecto a su sexualidad y su cuerpo. Además de una apertura de mente y una gran estabilidad económica. Esto abarca una realidad diferente en la sexualidad pixelada de Bucaramanga.