Ser asociado con esta cultura pasó de ser algo peyorativo a convertirse en símbolo de identidad. Pero, ¿qué es lo que realmente significa ser un ‘gamer’’? Es jugar videojuegos, sea casualmente, como pasatiempo o, incluso, profesionalmente. En torno a esta actividad se ha generado una subcultura con numerosos seguidores y controversias sobre las implicaciones y consecuencias de hacer parte de la misma.

Principalmente se ha hablado sobre los efectos sociales que puede tener jugar videojuegos, como en el estudio de 2001 de Brad Bushman, profesor de comunicación y psicología de Universidad Estatal de Ohio, “los niños que juegan más videojuegos violentos son más propensos a tener pensamientos, sentimientos y comportamientos agresivos”.

Sin embargo existe una larga comunidad que gira en torno de al hecho de ser un ‘jugador’. Esto se puede notar en la existencia de numerosos eventos como el Penny Arcade Expo, en Estados Unidos, con más de 70 mil asistentes. Pero no solo se reduce a grandes convenciones: como en cualquier otra colectividad, ellos también tienen sus reuniones. Entre las más populares se encuentran las ‘LAN party’ (fiesta LAN), eventos en los que se reúnen con sus ordenadores para jugar, compartir e intercambiar información en una ‘Local Area Network’.

En Bucaramanga, existen numerosas LAN partys, entre ellas se encuentra la que organiza cada 15 días Javier Acevedo Paredes, médico graduado de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, quien juega distintas consolas desde los cuatro años de edad y que hoy, con 29 años, tiene más de 20 consolas. Así comenzó a realizar dichas fiestas que comenzaron con cuatro amigos y que crecieron hasta albergar a alrededor de una veintena de asistentes para jugar Super Smash Bros (un juego multijugador de peleas) en la casa de Acevedo.

“El tema se popularizó, quedó todos los viernes como viernes de Smash”, asegura Acevedo. Ya es una tradición en la que cualquiera que lo conoce está invitado. Afirma que su mayor motivación para esta actividad es la comunidad. “Me gusta que todos jueguen en la misma habitación, ya que ahora todo es en línea y la gente casi no comparte con los amigos”.

Javier Acevedo considera que los videojuegos no tienen nada particularmente negativo: “es sano, no se apuesta y se comparte con amigos”; Afirma que ha ganado habilidades gracias a los videojuegos como “el dominio del idioma inglés, aparte de las habilidades motrices mano-ojo que mejoran muchísimo”. Esto es corroborado por Isabela Granic, PhD de la Universidad de Toronto en psicología del desarrollo, quien dice que “contrariamente a las creencias convencionales de que jugar videojuegos es intelectualmente perezoso y sedante, resulta que hacerlo promueve una amplia gama de habilidades cognitivas”.

Si no son las reuniones LAN partys, igualmente se puede jugar en comunión. Para esto se encuentran los cibercafés como CGO, ubicado en la carrera 26A #12-10, un lugar enfocado en los juegos de consola y computadora y uno de los más populares, con alrededor de 150 clientes por día y más de 500 “clientes elite” (clientes con un acumulado de más de 30 horas de juego en el local). Su comunidad se compone en su mayoría por estudiantes universitarios que se reúnen a jugar videojuegos competitivos en línea como League of Legends (LoL), Halo, WoW, entre otros. La tarifa por hora de juego es de 1.500 y, para los “clientes elite”, 10 horas de juego por 10 mil pesos

En CGO, también se organizan torneos, principalmente de LoL, el juego más popular, donde se inscriben alrededor de 20 equipos cada uno conformado por cinco integrantes. Néstor Daniel Pulido, dueño del local, afirma que la industria de los videojuegos “es algo que no se ha explotado lo suficiente en la ciudad, no se le ha sacado el potencial que tiene el mundo de los videojuegos. Aunque no lo parezca, cualquier persona puede ser gamer”.

Otras aficiones que tienen los gamers

Ser ‘jugador’ no se limita solo a los videojuegos, también existen juegos de mesa, principalmente de guerra y estrategia (wargames) y juegos de carta coleccionables (TGC, del inglés ‘trading card game’).

En este aspecto, uno de los epicentros es Kyoto Hobby Store, ubicado en la calle 49 #29-16, en donde un grupo se reúne para jugar TGCs como Yu-Gi-Oh y Pokémon y wargames como Los Colonos de Catán.

Christian Fernando Galán, dueño de Kyoto Hobby Store y anfitrión de los eventos semanales, principalmente torneos los viernes de Magic, sábados de Yu-Gi-Oh y domingos de Poké- mon, comenta que la comunidad de ‘gamers’ de mesa es grande y va en aumento. “Entre los jugadores de Yu-Gi-Oh, Magic y Pokémon hay unas 70 personas y además atiendo alrededor de 100 personas cada día”. Galán también afirma que cualquiera puede hacer parte del grupo, solo hay que seguir una regla: “tener cuidado con lo ajeno”. El costo de inscripción a torneo es de 7 mil por persona, un sobre de cartas 14 mil y cajas con sobres de edición especial 42 mil.

Con 1.2 mil millones de ‘gamers’  a nivel mundial y aumentado, de los cuales 700 millones juegan en línea, acompasando el 44 % de la población en internet, según Spil Games, la presencia que está subcultura tiene es importante y esto no podría ser posible sin una comunidad que, globalmente, logra unir a todos aquellos que, hardcore o casual, primera o tercera persona, shooter o RPG, saben lo que es jugar.

Cualquier persona puede ser un ‘jugador’, de hecho, es probable que usted o un conocido suyo lo sea, como muestra la investigación de Spil Games: de la población de internet, “alrededor del 47 % de las mujeres entre los 15 a 24 años juegan videojuegos, mientras que el 54 % de los hombres del mismo rango de edad lo hace. En el caso de los adultos, el 41% de las mujeres y el 37% de los hombres mayores de 45 años juegan videojuegos”.

Por Ekatherine Garavito Ch.

egaravito240@unab.edu.co

 

 

Universidad Autónoma de Bucaramanga

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