Cuadros lleva 25 años en el monopatinaje. Desde que recibió su primera patineta como regalo de primera comunión a los 10 años, esta se ha convertido en protagonista de su vida. Resultado de la pasión que siente por esta práctica y ligada a una razón social, nació la escuela ‘Skate por la vida’, movimiento que a través de sus clases busca que los niños y jóvenes de los barrios menos favorecidos de la ciudad puedan alejarse de sus problemas.
La escuela inició hace cinco años en las canchas del barrio Álvarez, donde Piñeres junto a un grupo de amigos enseñaba este deporte sin ningún costo a los niños de su barrio. “Soy un apasionado por la enseñanza, me interesa mucho que la gente practique el deporte, porque creo que a mí me ha servido como una herramienta muy buena y básica para mantenerme alejado de muchos problemas”, afirmó Piñeres Cuadros.
Luego de que uno de sus amigos muriera a causa de la inseguridad en el barrio San Martín donde actualmente se encuentra el Parque Extremo de Bucaramanga, Piñeres enfocó las bases de su escuela en crear valores de paz, reconciliación e inclusión en sus pupilos, para que sean personas que aporten en la reconstrucción del tejido social del que hacen parte.
Impulsar al deporte en Bucaramanga
El monopatinaje o skateboarding es un deporte derivado del surf, que nació en California (Estados Unidos), el cual consiste en deslizarse sobre una tabla de cuatro ruedas y realizar trucos con diversos grados de dificultad. Cuando Piñeres conoció este deporte, la ciudad no contaba con los escenarios aptos para su práctica, por esto convirtió las calles y las canchas de su barrio en su pista. Antes de inaugurarse el Parque Extremo del barrio San Martín en el 2013, construido durante la administración de Fernando Vargas Mendoza y Luis Francisco Bohórquez Pedraza, con un costo total de 7.637 millones de pesos, las clases se daban en la cancha del parque San Pío. Debido a que era exclusiva para la práctica del baloncesto y no contaban con permisos para impartir en el lugar, el roce con la fuerza pública y las personas que venían a jugar era inevitable.
“Antes patinar en el parque era todo un problema, la policía nos sacaba, nadie nos quería ver en el sitio, pero ahora con la escuela las cosas positivas se vienen desarrollando”, cuenta el patinador. Su trabajo fue reconocido por el Instituto de la Juventud, el Deporte y la Recreación, Inderbú, donde hace tres años trabaja para esta institución como profesor. Esto le ha permitido enseñar sin mayores inconvenientes, además de que la organización les ofrece rampas y los implementos necesarios para su práctica.
Bucaramanga cuenta con un espacio dedicado a este deporte en el barrio San Martín, pero Piñeres comenta que el factor inseguridad no favorece su ubicación. Uno de sus mejores amigos en el deporte, ‘Dani’ Ramírez, fue asesinado en el lugar por robarle su teléfono mientras practicaban. Desde entonces, la razón social de la escuela se ha enfocado en los niños y jóvenes del lugar. “‘Skate por la vida’ es un homenaje a la vida, a la paz, después de algo que viví, de algo muy oscuro, de inseguridad, de mucho miedo, salió a la luz este proyecto tan bonito”, aseveró.
La escuela se financia con la marca de zapatos creada por Piñeres y sus colegas Daniel Arenas, Felipe Bocanegra y Juan David Arias, llamada “Country Skate Shoes”. La empresa ofrece un producto accesible, de bajo costo y especializado para los que practican monopatinaje.
Un porcentaje de la venta de zapatos se destina para la escuela, otro se invierte en competencias internas, tablas para entrenamiento y patrocinio para campeonatos fuera de la ciudad.
Un titán
‘Skate por la vida’ cuenta con cinco años de trayectoria, pero fue el año pasado cuando su compromiso para forjar una generación de paz se reconoció a nivel nacional. En la edición ‘Titanes Caracol 2016’, iniciativa de Caracol Televisión, Piñeres obtuvo el galardón a nivel nacional en la categoría Gestos de Reconciliación.
La nominación al programa estuvo a cargo del grupo Acción Libertaria, quienes conocían la labor que este apasionado por el patinaje realizaba. Entre aproximadamente 100 proyectos postulados, la escuela logró clasificar como el mejor de su género.
Para Piñeres, más que ganar el premio, el reconocimiento recibido se tradujo en una razón adicional para continuar. “No me gané el dinero, me gané un gran reconocimiento para hacer que el sueño sea tangible”, afirmó.
El impacto de esta labor se ve reflejado en los niños que participan en las jornadas. La mayoría provienen de barrios afectados por flagelos como las drogas y la delincuencia. Juan Andrés Arenas Parra, de 8 años años, practica el deporte hace cuatro, y su sueño es llegar a ser un ‘skater’ profesional.

“Cuando vengo a la escuela me siento feliz, empecé porque había visto a mi padrino y fui aprendiendo poquito a poco hasta llegar al torneo en Facatativá (Cundinamarca)”, cuenta Arenas.
Las clases no solo son una forma para que los niños se alejen de los malos caminos, también se convierte en escape para los problemas personales. David Bru atraviesa por la separación de sus padres, actualmente vive únicamente con su abuela y encuentra en la escuela el respaldo necesario. “Óscar nos da apoyo, nos patrocina. Nos enseña para no caer en los vicios, ni en las drogas. Todos los días nos explica. Tengo amigos que estaban en las drogas y pudieron salir”, contó Bru.
Gracias al apoyo recibido en los premios ‘Titanes Caracol’, Piñeres trabaja en el proyecto “Una rampa en tu barrio” apoyado por Compartamos Colombia, empresa que rige la premiación. El propósito de esta iniciativa es instalar rampas en diferentes sectores no solo de Bucaramanga, sino en los municipios que conforman su área metropolitana. A través de esto, el deportista busca extender el alcance de su escuela para que Bucaramanga se convierta en un exponente de este deporte a nivel nacional.
Por Laura Daniela Meza Vesga
lmeza682@unab.edu.co Óscar Piñeres