El proceso de montaje inició el domingo 26 de agosto con una audición realizada en el auditorio Pedro Gómez Valderrama, donde se presentaron aproximadamente 40 bailarines locales de los cuales sólo 19 hicieron parte de la obra. Según Ricardo Bustamante, que lleva 19 años bailando para este grupo y es subdirector de la Compañía Cuerpo de Indias, entre los principales filtros se encontraban, primero, la técnica y la presencia del bailarín en el escenario; segundo, la capacidad de improvisación y la creatividad; y por último, el proceso de apropiación de los momentos coreográficos y las propuestas técnicas de la obra. Además, participaron 11 bailarines profesionales de esta compañía provenientes de Cartagena
¿Quiénes son?
La obra “¡Negra! ¡Anger!” estuvo bajo la dirección de Álvaro Restrepo y la co-dirección de Marie France Delieuvin, quienes fueron los fundadores de El Colegio del Cuerpo (eCdC) en 1997. Esta organización sin ánimo de lucro ha trabajado con 8.300 niños y jóvenes de sectores populares de Cartagena. Su director considera que esa ciudad es de las más desiguales, excluyentes, racistas y clasistas del país. Cuenta que su organización ha servido como un espacio de exploración vocacional, afirma que “el arte es más potente cuando emana, desafortunadamente, del sufrimiento, del dolor, de la tragedia de la vida, pero también de la belleza”.
Respecto al nombre, para sus fundadores el baile debe trascender de una presentación. Tiene que estar acompañado de una formación integral del cuerpo, donde prime la dignidad, el autocuidado, la autoestima, que para Restrepo, es una tarea difícil en Colombia, ya que los cuerpos en el país son tratados con violencia. Piensa que la danza fomenta la participación en un aspecto ético y social del entorno donde se encuentra el artista. La Compañía Cuerpode Indias es el grupo profesional del eCdC (El Colegio del Cuerpo) y ha estado presentándose en algunos países de América, Asia, Europa y África.
“¡Negra! ¡Anger!”
La obra es un homenaje a la cantante Nina Simone que falleció en 2003 y al poeta de Martinica, Aimé Césaire. Ambos artistas fueron reconocidos por su lucha contra la segregación racial. Álvaro Restrepo, fundador del Colegio del Cuerpo, cuenta que la obra es una expresión contra el problema del racismo que se vive en Cartagena, ya que considera que en esa ciudad es más evidente la discriminación. “¡Negra! ¡Anger!” surgió tras una petición que les realizó el Observatorio Distrital Anti Racismo para un evento, ya que buscaban un performance que hiciera una reflexión sobre la situación en esa ciudad, “es un manifiesto contra la discriminación pero sobre todo es un canto que celebra la diversidad humana”, cuenta el director de la obra.
Restrepo afirma que Nina Simone ha sido una bandera de la inclusión en Estados Unidos ya que ella quería ser la primera pianista clásica negra, pero no lo logró por su color de piel. Expresa que en la década de los 60 el racismo era más grave, y que la afrodescendiente aspiraba ingresar al Instituto de Música Curtis en Filadelfia pero que no pudo por su color, lo cual fue un dolor que llevó consigo toda la vida. Otro hecho clave que recuerda el cartagenero de la artista, es su primer recital de piano a la edad de ocho años. Al iniciar la presentación, se dio cuenta de que sus padres habían sido enviados a la última fila, así que la estadounidense decidió cruzarse de brazos y decir que no empezaría a tocar hasta que los dejaran sentarse en los primeros asientos, “allí empezó la lucha de Nina Simone”, comenta Restrepo.
Respecto al nombre la obra, es un anagrama que descubrió el artista gracias al autocorrector de su celular, que le parecía perfecto porque Anger que significa rabia en español, representa la violencia que defendía Simone en su lucha contra el racismo. Durante la obra se incorporó el poema “Me gritaron negra” de la artista afroperuana Victoria Santa Cruz. El cartagenero dice que “la obra empezó siendo un grito contra la exclusión y terminó siendo un canto corporal que celebra la diversidad humana, ética, cultural, religiosa, política y sexual”.

Ensamble de la obra en Bucaramanga
Durante cinco días se realizó el montaje de la obra, donde bailarines de Cartagena y Bucaramanga estuvieron compartiendo escenario y conocimientos. De lunes a viernes, durante las tardes se realizaron los ensayos. Exceptuando el jueves cuando la Compañía Cuerpo de Indias se presentó en Ulibro, la feria del libro de la Unab, con ‘Flowers for Kazuo Ohno’, (que traduce ‘Flores para Kazou Ohno’) un homenaje al bailarín japonés que falleció en 2010. El sábado, la preparación empezó desde las 10 a. m. hasta las 7:30 p. m. que fue la hora de la presentación en el auditorio Luis A. Calvo de la Universidad Industrial de Santander. Al inicio de cada uno se hacía un entrenamiento con técnicas de ballet por parte de la bailarina, pedagoga y coreógrafa francesa Marie France Delieuvin, y los bailarines profesionales Erick Pérez y Ricardo Bustamente.
Para Yohana Martínez, bailarina profesional de la Compañía, uno de sus principales motivos para ingresar en esta fueron la técnica, el trabajo social y la influencia que tienen en la danza en Colombia. Así mismo, relata que las creaciones de El Colegio del Cuerpo tienen en cuenta la realidad social, económica y política en el país. Otro aspecto importante para el ensamble fue el trabajo que se realizó bajo la batuta de Álvaro Restrepo, “es un trabajo muy profesional y humano. La Compañía es como una familia, por eso las funciones salen exitosas, porque así tengamos problemas técnicos, entre todos estamos cuidando el trabajo del otro”, afirma Martínez.
Eduardo Ardila, uno de los bailarines locales que lleva cuatro años dedicados a la danza y que participó en la obra, expresa que uno de los principales motivos para hacer parte de “¡Negra! ¡Anger!” fue la trayectoria que tiene esta compañía a nivel nacional e internacional. “Restrepo es una persona íntegra que ha demostrado que potencia el talento de los bailarines”, afirma el bumangués. Entre las dificultades que encontró fue confiar en sí mismo, pero la Compañía Cuerpo de Indias le brindó un espaciopara expresarse.
El único elemento de vestuario que usaron los bailarines propuesto por Restrepo fueron unas telas. Los estampados hacen parte de autorretratos de su sombra en la playa en los que jugó con objetos que encontró, no tienen ninguna identidad clara, pero son “un elemento de color, de movimiento y luz que nos sirvió para crear las diferentes emociones de la obra”, afirma el director. Durante los ensayos, lo que prima para él es la concentración, la disponibilidad, la escucha y la generosidad para recibir y dar. Además, recuerda una frase que dijo la artista estadounidense y que resume su espectáculo, “mi vida fue siempre un conflicto entre negros y blancos y yo encontré mi paz, mi equilibrio, entre las teclas negras y blancas de mi piano”, rememora Restrepo.
Por Laura Fernanda B.
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