Por Julieth Dayana Solano S. Jsolano233@unab.edu.co
En 1979 se creó la mascota que hoy en día es la insignia oficial del Atlético Bucaramanga. La idea nació gracias a esta familia que vio la necesidad de que el equipo contara con un elemento distintivo que lo representara, así como ocurría con otros equipos. Fue entonces como nació el leopardo que además se plasmó en el escudo y es la mascota oficial.
La labor estuvo en manos de los hijos mayores de la familia Escobar Domínguez, Luis Miguel, José Luis y Jorge Alberto, junto a Matilde Mojica esposa de César Orlando. Inicialmente diseñaron un traje que fue portado por José Luis entre 1963 y 1973. Lo usaba en actos protocolarios y al inicio del partido; luego iba al camerino y se cambiaba para pasar a las graderías y estar con las barras que apoyaban el equipo.

Fue en 1973 cuando José pasó el traje a su hermano Alberto Escobar, quien usó el disfraz durante seis años. Para 1979 la ya famosa mascota quedó en manos de otro integrante de la familia, César Orlando, quien además logró encontrar patrocinadores para la compra de bdombos, cornetas, cilindros, banderas y compresores, entre otros implementos, para animar a la hinchada en el estadio.
“En ese entonces animábamos al equipo con cornetas de aire, que eran de las mismas que tienen los buses de Copetran, y cilindros de aire, que eran de 1000 libras; con el tiempo recibimos patrocinio de diferentes empresas, una de estas era el Banco Cooperativa Coopcentral. Nos apoyaron con uno que otro implemento durante aproximadamente seis años. Ocurrió en 1986”, cuenta César Escobar.
Luego de llevar el traje por nueve años, lo pasó a su hermano menor, Jaime Augusto, quien lo conserva. El hijo de César, Giovanny Escobar, también hizo parte de este legado.
Desde 1988, Jaime ha mantenido la tradición

Fue hasta 1990 que a dicho traje se le implementó la máscara del felino. Según contaron los protagonistas de esta historia, Gonzalo Rojas, aficionado y actual animador del programa “Que hablen los tenderos” del canal de Televisión Ciudadana TVC, fue el que más apoyó este cambio.
Otro aliento para el equipo Para 1978 la familia Escobar decide seguir con su legado y consigo crear un grupo que se ubicaba en la zona oriental del estadio, que se hizo llamar “Barra Estrella Canaria”. Empezaron con aproximadamente 15 participantes, todos familiares. Hoy la integran un total de 25 y se sumaron amigos y conocidos.
Al momento de crear este nuevo proyecto, llegan consigo otras barras, como “Los Serranos”, que se ubican en la zona sombra, así como un grupo llamado “Paz”, liderado por Guillermo Rodríguez, ubicados en sur, y, por último, en la zona norte, integrantes de la empresa de transportes Transcolombia.
La Fortaleza Leoparda es otra de las barras inspiradas en la labor de la familia Escobar Domínguez. Al crearse esta iniciativa, los hinchas también viajan y acompañan al equipo a otras ciudades.
Un felino que despierta sentimientos
Tanto para la hinchada como para el equipo, la mascota del Atlético Bucaramanga es todo un emblema. “Se adoptó como propia porque es un símbolo, es lo que nos identifica, el animal hace parte de nuestra insignia, que es nuestro escudo”, afirma Miguel Rueda, uno de los líderes de la barra Fortaleza Leoparda Sur.
El primer traje fue elaborado en distintos materiales, entre esos la felpa que se usa para fabricar muñecos de peluche. Sin embargo, hace dos años, el director de la Cámara de Comercio de Bucaramanga, Juan Camilo Beltrán Domínguez, le obsequió no solo a este equipo santandereano si no a la familia Escobar un nuevo traje en señal de agradecimiento por todo lo hecho a favor del Atlético Bucaramanga. La entidad se encargó incluso del diseño de un nuevo diseño de la mascota, que se convirtió en un inflable que mide dos metros.

El leopardo ha contado con el privilegio de tener patrocinadores como Bavaria, Costeñita, Leona, FresKaleche, Colanta y Baterías Willard, entre otros como Jhon Restrepo, Giovanny Prieto, Nicolás Tarazona y Gerardo Vesga, pues la fabricación actual puede costar hasta 6 millones de pesos. No obstante, esto garantiza que pueda usarse hasta por ocho años.
“Tanto mis hermanos como yo esperamos que esta gran tradición que viene desde mis abuelos pueda durar muchos años; quizás pase por mi hija quien ahora tiene 24 años y es igual de fanática a mi, o llegue a mi hijo menor de 5, así como a mis sobrinos”, concluye Jaime
Destacado
Entre 1979 y 2017 se han confeccionado en promedio 6 trajes del leopardo.