Desde noviembre de 2018 el servicio de urgencias del Hospital Universitario de Santander presenta una saturación en su capacidad de oferta versus la demanda que se genera en la institución, ya que varias EPS al perder sus convenios por falta de pago, les niegan el servicio a sus pacientes y los remiten al HUS. “Nosotros solo tenemos 90 camillas adaptadas para nuestros usuarios, pero diariamente están llegando aproximadamente 190, por lo que se está presentando un desborde
en el servicio de urgencias para adultos, y como institución pública lógicamente debemos prestar nuestros servicios ya que somos una empresa social del estado”, afirma Javier Francisco Martínez Durán, coordinador del servicio de urgencias del HUS.

Desde 1993 Colombia se rige por la ley 100, la cual hace referencia al Sistema General de Seguridad Social en Salud que se divide en dos regímenes: el contributivo y subsidiado. En el primero se encuentran todas las personas que pueden aportar una cuota mensual, que consta del 4% de su salario mínimo, para las personas naturales, y del 8,5 para los que se encuentran vinculados a alguna empresa. En el segundo régimen entran todos aquellos que no tienen la capacidad de pago y por lo tanto se distribuyen en el Sistema de Identificación y Clasificación de Potenciales Beneficiarios para los Programas Sociales (Sisbén). A partir de esto el Estado contrata a las Entidades Promotoras de Salud (EPS) que son las encargadas de proveer aseguramiento a todos los usuarios mediante la prestación de los servicios que estos requieran, y para esto las EPS hacen convenios con las Instituciones Prestadoras de Servicios (IPS) que se ocupan de dar asistencia especializada.

Para el abogado César Ortega los problemas en el sistema de salud han sido varios, “para empezar la corrupción ha sido el mayor, ya que el dinero que el estado aporta a las EPS no está llegando a tiempo a los hospitales públicos, lo que desencadena en la falta de atención integral a los pacientes y en la quiebra de varias instituciones. Además, hay un sistema desequilibrado porque que el régimen subsidiado se financia del contributivo, y el porcentaje económico que proporcionan las personas del régimen contributivo es menor a la cantidad de personas que se deben costear del régimen subsidiado”.

Según el médico Martínez, esta problemática no es reciente. Explica que lleva años sucediendo pero que durante los últimos cinco meses ha sido insostenible para la institución, por lo que ha dado a conocer la situación a todos los entes responsables de supervisar y controlar el sistema de salud.

Álvaro Clavijo, director de desarrollo de servicios, inspección, vigilancia y control de la Secretaría de Salud Departamental, cuenta que el estado sí tiene una deuda con el HUS al igual que las EPS que han contratado con la institución. “Actualmente la deuda del departamento para con el Hospital Universitario está alrededor de los 60 mil millones de pesos, pero la deuda de las EPS con el HUS puede estar alrededor de los 70 mil millones de pesos”. Sin embargo la oficina de desarrollo institucional del HUS asegura que la cantidad total que se le debe al hospital alcanza los 250 mil millones de pesos.

Según la Secretaría de Salud Departamental un 98,6 % de la población santandereana está asegurada. /FOTO LUZ BRAVO

Además el HUS, que es prestador de servicios de mediana y alta complejidad, está atendiendo a los pacientes con afecciones de baja complejidad que son remitidos por las EPS, cuando estas deberían estar capacitadas para tratarlos. “Lo que pasa es que el HUS está atendiendo cosas que no le corresponden, por lo que todas las EPS están incumpliendo parcial o totalmente en sus obligaciones para con la población que deberían estar cuidando. Los pacientes deberían estar siendo atendidos en estos niveles básicos de complejidad en las EPS y esto no pasa, pues los pacientes con patologías tratables que podrían ser manejados por un médico general en cada uno de sus municipios están llegando al Universitario”, explica Clavijo.

Este es el caso de María Isolina Duarte, quien fue remitida desde Zapatoca hasta el HUS porque en su municipio no hay médicos especialistas ni los equipos suficientes para el tratamiento que necesita. “Uno quisiera reclamar que la EPS tenga los equipos y el personal para un caso de emergencia, porque me ha tocado venir desde muy lejos y los gastos en estadía y en comida son altos. El hospital La Merced en Zapatoca tenía un excelente servicio y por malas administraciones se lo quitaron todo”.

Humberto Blanco también se encuentra afectado por esta situación ya que diariamente debe desplazarse desde la vereda Rosa Blanca de Floridablanca para poder ver a sus padres quienes están hospitalizados en el HUS. “Yo no entiendo por qué Medimás a mis papás no les da pañales, ni medicinas, tampoco les asignan enfermeras, es a mí a quien me corresponde cubrir todos esos gastos y lo único que hacen es mandarme de un lado para otro”.

Érika Barrero, vocera de la Superintendencia de Salud, menciona que esta problemática no le corresponde resolverla a Supersalud sino que es labor de las Secretaría de Salud del municipio y departamento. “Ellos deben gestionar planes de promoción y prevención en cada de una de las EPS para que el servicio de urgencias del Hospital Universitario no se congestione con casos que no son críticos”.

Por su parte, el funcionario Clavijo afirma que esta situación no tiene una solución a corto plazo, y aunque aclara que el problema también es económico, la Secretaría de Salud Departamental solo está en condiciones de realizar una labor conjunta con la gerencia del hospital para que procure que los médicos sean más resolutivos, y para que desde cada EPS se promuevan programas que prevengan la complicación de enfermedades tratables, y se promocione la salud y el autocuidado de los pacientes.

Por Luz A. Bravo Bautista
lbravo240@unab.edu.co

Universidad Autónoma de Bucaramanga