Por: Valentina Bolívar Valencia/vbolivar316@unab.edu.co
Hoy, la poesía parece estar perdiendo terreno frente a otros géneros más populares como la música urbana o el reggaetón. Los jóvenes consideran más a Karol G como ícono a seguir, y leen poco. Incluso, en Medellín se suele decir que J Balvin es poeta y que Maluma se inspira en la poesía de J Balvin para “componer”. Pero ahora, sí vamos a hablar con una poeta de a de veras. Marcela Sepúlveda Rueda lanzará, hoy 2 de mayo, su libro poético “Educación sentimental”. Esto será en el último día de #Filbo35Años.
¿Cómo era la casa de tus papás?
Pues la casa de mis papás ya no existe, Vale. Porque mi mami falleció hace un año y ella era la única que vivía allá en Bucaramanga en un apartamento en Cañaveral y con mi papá rompimos relaciones hace muchos años. Entonces, la casa materna como tal donde todos llegaban, ya no está. Estamos los tres hermanos regaditos por ahí. Son menores. Yo soy la mayor de tres hermanos. Mi hermana es violinista y vive en Miami y mi hermano es diseñador industrial y vive en Bucaramanga.
¿Qué recuerdas de tu infancia?
Fue muy bonita. Mi infancia fue en un barrio de casas grandotas con patios con andenes súper anchos, nos la pasábamos jugando en la calle en esa época. Pues yo tengo 48 años entonces fue más o menos años que… 80’s. Jugábamos todo el día inventado muchas cosas porque no había celulares, entonces a veces no había ni pelotas. Rellenamos una bolsa de tela o de papel y hacíamos la pelota. Jugábamos a eso que acá le dicen golosa. Nosotros le decíamos tángara. Con el caucho jugábamos todo el día, estábamos molestando en la calle, los vecinos nos apagaban las luces, nos echaban agua.
Oye, sí, la verdad qué lindo. Bueno, ya entrándonos un poco más en lo que tú haces ¿cuáles fueron esos primeros libros que te motivaron a escribir?
Bueno, yo empecé digamos que relativamente tarde a leer con una guía porque antes leía de todo. Siempre me ha gustado mucho leer y mi mamá siempre me compró libros, pero mi mamá no tenía ninguna formación en literatura. Era lo que le gustaba a ella o lo que me gustaba a mí, lo que yo le pedía, pero siempre hubo qué leer en la casa y yo empecé leyendo chiquita, chiquita. La poesía de Federico García Lorca me atrapó, entonces muchas cosas de las que me sé de memoria todavía están en rima y no sé, ahí empezó todo, toda la poesía de Rafael Pombo también creo que todavía me la sé y lo que me ponían en el colegio, que siguiéramos poemas que yo ni entendía, pero igual me los aprendí.
Mucha literatura infantil y muchos cuentos fantásticos de Andersen de los hermanos Grimm y muchos cómics. A mí me encantaban la abeja Maya, Tío Rico McPato, Memín no sé qué más. Mi mamá compraba fotonovelas y yo las leí porque en esa época salían fotonovelas mexicanas súper chistosas que era la foto y salía el parlamento en el globo y era muy chistoso. Kalimán, cosas así, yo admiraba a Kalimán y ya después pues en la adolescencia empecé a leer otras cosas, como poetas así desgarradas como Alejandra Pizarnik, Alfonsina Storni, no sé qué más. Cuando digo todas esas del cono sur y hombres. Bueno, a César Vallejo, pero como te digo sin ninguna guía, era apurado, como intuición. Yo empecé a estudiar literatura ya vieja, como a los 30 años más o menos. Ahí empecé a leer otras cosas que me aportaron desde el punto de vista del proceso de creación. Ahí conocí a Blanca Varela conocí a Carson conocí a Vicente Huidobro a muchos referentes que yo leo. Hay muchísimos, son un disparador un detonante muy importante siempre que estoy escribiendo o cuando estoy con ganas de empezar un nuevo proyecto me pongo a leer juiciosa. Las norteamericanas, las puertas norteamericanas de acá, de Latinoamérica, ya te contaba de Blanca Varela, la peruana, y Olga Orozco bueno José Watanabe que fue peruano, Raúl Zurita también me gusta mucho, pero ya esos fueron como más guiados y a todos los aproveché en talleres de creación.
Bueno, qué debe tener una mujer para ser hincha del Bucaramanga, médica, poeta y hacer una maestría en literatura.
Puede tener los cables muy cruzados, yo creo porque sí, mi vida ha sido muy desordenada desde el punto de vista de que no he seguido ningún orden. Yo a los 30, ya quiero tener hijos carro, casa, piloto. Bueno, todo eso no, yo nunca pensé en eso, empezando porque yo terminé el bachillerato muy joven de 16 años y yo no sabía qué hacer, estaba muy perdida en mi vida. Y entonces, lo único que tenía claro era que a mí los números no, definitivamente no, o sea, yo sumo con los dedos. Necesito calculadora permanentemente para hacer una división de dos cifras. Yo no puedo. Bueno, pues estudié medicina en la Universidad Industrial de Santander, porque ahí no se ven matemáticas y bueno ese fue el primer gran error, porque desde el primer semestre uno ve ya estadística o física, química, bioquímica y todos esos números. Ya más adelante todo lo de Epidemiología, pues ya, pues me di contra las paredes en noveno hice como una crisis, así horrible, y me salí. dije “yo no termino esta vaina. No es para mí, no me gusta”. Y me puse a estudiar muchas cosas, estudié 12 meses de música, estudié 3 semestres de filosofía e historia a distancia.
Bueno, hacía cursos, cursos de inglés, cursos de francés desde chiquitica siempre estuve en el conservatorio, entonces seguía dándole ahí a eso y como a los tres años de haberme salido de la carrera me llamó la coordinadora académica. Me dijo que terminara o perdería todo lo que cursé y bueno, me convenció. Yo volví, pero fue muy difícil porque se me olvidaba todo, pero bueno la logré y luego trabajé un tiempo de médica general, otra crisis. Yo he hecho crisis, crisis, crisis y crisis, pero no me extrañaría que a los 50 hiciera mi otra crisis: Dios. Y ahí me vine para acá, para Bogotá a estudiar literatura. Yo no sabía sino que me gustaba la poesía en esa época. Yo dije: “piedad” llegué a la Universidad de los Andes, yo tenía ahorrada plata, pero pues yo no pensé que a los 13 meses ya me quedé sin nada. Tocó Icetex y terminé de pagar. Pero es una gran universidad aunque se paga muy caro, pero la calidad es muy buena. Trabajé en la u y después me quedé sin trabajo. Cuando me quedé sin trabajo entonces otra vez en el aire, y yo dije pues tocó volver a ser médica. Entonces, ahí volví a trabajar como médica general en ambulancias haciendo turnos de urgencias. Al tiempo, empecé a hacer solicitudes y a mirar posibilidades de especialización. Había cancelado lo de literatura porque no me salió ningún trabajo. En eso, entonces, me angustié mucho y me presenté a medicina al deporte. Ahí, ahí conecté con mi Atlético Bucaramanga del alma, porque mi sueño era ser médica de un equipo de fútbol y si era en el Bucaramanga, mejor. O sea, yo soñaba con ser la médica del Atlético Bucaramanga. Me matriculé en Medicina del Deporte, me inscribí en El Bosque y pasé y todo, pero no mira, eso es una rosca horrible, no les dan trabajo a las viejas en ningún lado, entonces vamos a ver si ahorita con la profesionalización del fútbol femenino, ya empieza a cambiar un poco la cosa.
Bueno, y así cambiando de frente, ¿qué te inspiró tu libro de poemas Educación sentimental?
Bueno, entonces como te digo bueno, yo me escribí en la Maestría y yo no tenía ni idea, yo tengo muchos poemas escritos sueltos, pero a ti siempre que haces un libro, te piden una unidad o de tema o de estructura, bueno, te piden que el libro de verdad parezca un libro yo no tenía ni idea y un día estaba yo en la casa, eso fue en 2020 como en febrero y salió la noticia de un feminicidio que hubo en México en Ciudad de México, en el DF, de una niña que se llamaba Ingrid Escamilla. A ella la mató el marido y empezaron a circular por Internet unas fotos del cadáver de Ingrid, pero el cadáver estaba desollado sin, o sea, le quitó los músculos, le sacó las vísceras una cosa súper escalofriante y cruenta y eso empezó a circular en las redes y yo, pero que es esta cosa tan horrible y a los cinco minutos del vídeo del asesino subiéndolo ya lo cogieron y lo iban a meter a la patrulla y el tipo lloraba y lloraba y lloraba y lloraba y decía que no queda eso había sido por amor. Mira, eso se unió en mi cabeza y explotó y yo mejor dicho ese día yo dije, no esto no puede seguir pasando. Desde todo punto de vista entonces como yo soy depresiva y toda la vida desde los 20 años yo estoy en tratamiento para la depresión, eso también quería hacerlo público porque es un estigma muy grande y la gente dice. Uy, no, eso está loca, no sé qué y lo excluyen a uno le hacen bullying y eso tiene que cambiar, o sea, uno no puede seguir ocultando sus problemas emocionales que por miedo a que la gente sepa yo no me voy a tratar, no mira, eso es absolutamente necesario estar en tratamiento, tanto los sanos como los no sanos todo el mundo necesita un apoyo un apoyo sea psicólogo sea psiquiatra sea lo que sea, alguien que te jale a tierra y te diga bueno, a ver. Entonces, otra casualidad, revisé un artículo del periódico de la Universidad Nacional en donde hablaban del Asilo de locas de Bogotá y oh sorpresa, eso fue en el siglo 20, no estoy hablando por allá de viajeras más allá entre los 30 y en los 50 más o menos funciona un asilo de loca, eso tampoco a donde llevaban a las mujeres que no, que no podían ser madre ni podían ser esposas, ni podían tener como ese papel de cuidadoras o no querían ser monjas.
Bueno, también llevaban por supuesto enfermas con diagnóstico de esquizofrenia o de alguna cosa realmente que requiriera pero pues yo digo por no querer ser una esposa tome su psiquiátrico y en qué condiciones nada más que los tratamientos eran muy experimentales, les hacían lobotomías, les inducían convulsiones con insulina o con terapia electroconvulsiva. Era un laboratorio más o menos entonces esas instituciones y después ese asilo se llamó ninguna parte que era una allá también llegaba a las mujeres campesinas o analfabetas o indígenas que abortaban porque no podían tener a su bebé y ella sus abortos, casi siempre eran un río. Ellas se ponían ahí en el río, el niño se iba abajo y hay otro poema de ese libro que le puse Media que tiene que ver con esa historia. Entonces digamos que el libro es mucho, es en gran parte es experienciales, es vivencial. Es una cosa que fue un proceso como fue doloroso, fue también terapéutico catártico porque yo ahí cuento o sea, obviamente atravesado por la ficción y por otros datos, pero ahí está mi vida toda. Entonces no sé, estoy muy satisfecha con el resultado y cómo muy descansada.
Tienes algún poema en particular que sea como muy significativo para ti.
Sí, ahorita no tengo acá ninguno a la mano, pero hay dos bueno hay como unos cuatro poemas al padre uno de esos es bastante significativo porque como te dije bueno siempre yo escribo sobre lo motivada por lo que estoy leyendo le estaba leyendo un poemario de una poeta norteamericana que me gusta mucho. Es un libro que ella escribió en los últimos días de vida de ese papá que también pues digamos que no fue ejemplar desde ningún punto de vista y la relación con ella también fue muy competitiva, pero ese poemario sí es un poemario totalmente amoroso, totalmente reconciliador como bueno no sé mis poemas no mis poemas y fueron como de reclamo de odio de denuncia mucha denuncia, entonces sí hay varios poemas al padre. También, cómo no, a las mujeres de mi casa pero sí de pronto el que más me golpea como que me llena de muchas emociones ambivalentes son los que le escribía a mi papá sí. Miles desde “El padre y yo” que como esa sensación de papá que no es como no mi papá querido, amoroso, no nunca pero pues por otro lado arriba mucho a mi mamá que ella sí fue todo ella fue mamá papá, abuela, bisabuela todo, o sea mi mamá fue, pues yo no estaría acá donde ella no me hubiera dado tanto amor.
Bueno crees que la poesía puede hacer un medio para generar cambios sociales
Totalmente, todo el arte. Hay mucha polémica y yo vivo agarrada con los que me dicen que el poeta o el artista no tiene ninguna responsabilidad social, pero es que principalmente el poeta es un observador, un observador de su ambiente, de su momento y si a ti no te toca algo como por ejemplo lo que pasó con el estallido social último o con el asesinato de Lucas Villa de Dylan, de a esta niña Alison que la violaron, bueno es todas las cosas que son realmente que no son producto digamos directamente de tu entorno sentimental o emocional, pero si a ti no te toca una cosa de esas pues digamos que… dedícate a otra cosa, porque yo creo que el germen de la creación sí es la sensibilidad, la sensibilidad y es un como tener una digamos como una condición de susceptibilidad o de vulnerabilidad mucho más especial que el resto de la gente. Yo sí creo que además de permitirnos desahogarnos también es una herramienta de protesta y de incentivar a los otros. Por ejemplo, acá en Colombia no había tanta poesía de la violencia, eso fue como un pequeñito, digamos un grupito muy pequeñito de escritores en la época de La Violencia, el 48, pero ahorita mucha gente está volviendo a escribir sobre la violencia joven, entonces podrá ver quién no, no nunca escribió sobre su entorno. Yo, por ejemplo, siempre, siempre, traigo a colación a Kundera que es otro escritor, que yo amo, él siempre dice yo nunca escribí realmente o digamos de la de la situación política o de los problemas sociales del país directamente, pero o sea, escuetamente nunca lo hizo, pero a partir de los personajes y de las historias que él narra se ve eso, entonces no es necesario poner nombres ni hacer una novelada en donde protagonistas se llama Álvaro Uribe no es simplemente mostrar de otras maneras que sí hay inequidad, que si hay injusticia.
¿Qué consejo le darías a alguien que está empezando o está interesado en escribir poesía?
Que lea mucho, que lea mucho autores contemporáneos y clásicos. La primera recomendación es que lean mucho, la segunda es que ojalá se hagan a un grupo de lectores críticos, bien sea un taller, bien sean una clase de literatura, no sé, alguien que no sea la mamá, porque la mamá siempre le va a parecer bonito lo que uno escribe. Hay que despojarse mucho el ego y estar preparado para la crítica. Yo me acuerdo del primer poema que yo que mostré en mi vida, pues Piedad Bonnet me lo destruyó y le agradezco muchísimo, porque piensan siempre fue muy estricta muy rigurosa con su crítica. Ella no, no se ponía con compañeros tibios, no. Ella iba a lo que iba y siempre, pues si algo la aprendí yo fue esa rigurosidad y esa disciplina para rehacer o romper o borrar lo que no servía, hay que hacerlo.
¿Por qué crees que un ser humano debería leer poesía?
Pues yo no sé si debería o sea, yo creo que sí siente como la pulsión y las ganas sí, porque eso es lo mismo que a mí me pusieran a leer un libro de álgebra, me vomito y lo cierro a la primera página y yo no entiendo nada, entonces yo creo que eso hay como cierta predisposición debe haber cierta predisposición, cierta atracción por ese tipo de cosas.
¿Cómo crees que se puede acercar más la juventud a la lírica?
Ojalá que el colegio fuese el primer sitio de contacto, porque no todos tenemos padres ilustrados y no todos los papás son piedras monedas o cosas así. En mi casa no había este ese ambiente de amor por los libros. Habría que hacer una reforma estructural muy, muy de fondo a la educación pública, porque en los colegios privados sí, eso está cambiando mucho y llevan escritores a que les hablen de su obra y todo eso, pero en la educación privada, pero en la pública faltaría hacer una un cambio bastante de raíz y cambiar los autores que leen obligados, porque los aburren y no vuelven. Mira, eventos como la Feria del Libro motivan muchísimo que un niño vea un autor presentando su libro, eso yo creo que sería un aliciente impresionante y fomentar más los talleres de creación de todo tipo.
¿Y cómo definirías tu estilo poético?
El primero es verso libre, yo no hago rima, me gusta mucho sugerir, me gusta mucho valerme de los versos para dejar abierta la idea y poner a pensar a la gente. Fíjate que en el libro yo utilizo hasta versículos de La Biblia, porque yo estudié en un colegio de monjas y la carga heteropatriarcal que le transmite a uno la religión es muy muy fuerte. Hay un poema que surge por el recuerdo y la carga de que a nosotros nos tocaba rezar el Ángelus, rezar el Rosario ir a misa, todo eso, entonces una cosa bastante fuerte, que es muy difícil de quitar. Eso sigue ahí en los genes de la sociedad y es muy complicado irse para atrás en ese aspecto. También, algunas veces puede llegar a ser hermético, pero me no gusta eso. Trato también de escribir poemas cortos, aunque tengo uno que otro largo.
Bueno, como te gustaría que los lectores se sintieran a leer educación sentimental y qué te gustaría que se llevaran consigo después de haber leído tus poemas.
Yo le puse el título de “Educación sentimental” inicialmente en honor al libro como te dije, pero después yo me puse a pensar y dije, me encantaría que la gente me dijera después, “oiga, esto me sirvió como como para sacudirme, como para darme cuenta de verdad”. Sean hombres o sean mujeres, como para darme cuenta de esa realidad que a todos nos toca enfrentarnos y ese cuentico de que yo no necesito pareja y yo no necesito el amor porque hoy yo soy auto suficiente, no, eso también hay que desmontarlo porque estar en pareja también es muy lindo y todas las relaciones amorosas y afectivas son muy necesarias para cualquier ser humano. Esto claro está, así tengamos o no tengamos trastornos, no sé, antisocial de la personalidad, pues bueno, eso ya es otra cosa, pero desde el punto de vista del bienestar y en un estado de normalidad, digámoslo así entre comillas todos necesitamos de amar y de ser amados.
Ya para ir finalizando, como el país invitado de la Filbo 2023 es México, recomiéndanos cinco autores, entre mujeres y hombres, que sean de México.
Que escuchen a José Alfredo Jiménez y a Javier Solís. La música mexicana es una cosa que me ha marcado mucho. También Juan Gabriel, mi amor, mi vida, lo amo. Vicente Fernández o sea, yo soy muy ranchera muy rancherosa muy arrabal, muy de arrabales De las mujeres, me encanta Remedios Varo, es una escritora que está catalogada como surrealista, ella fue escritora y pintora, lastimosamente la gente tiene como referente a Frida Kahlo, que la detesto con el alma, no me gusta ni poquito y tú vas a ir a la obra de Remedios Varo y es una cosa de verdad, ahí hay calidad artística, pero por montones y no la gente se quedó en que Frida la sufrida, no sé qué, y bueno listo sí, pero no.
Haznos la invitación a tu lanzamiento de libro, o sea este espacio es tuyo para que nos invites
Bueno, Vale, mira [hoy] 2 de mayo a las 5 de la tarde se va a lanzar la “Educación sentimental” Premio Nacional de Poesía Álvaro Miranda. Salió publicado bajo el sello de Escarabajo editorial y se va a lanzar en la sala Talleres 3 de la Filbo. Invitadísimos todos muy muy bienvenidos van a presentar dos amigos que quiero mucho, Fabio Polanco Gaona y Laura Ortiz, que son escritores y lectores muy, muy juiciosos y va a estar de verdad bien bonito bien, bien, bien emocional, bien conmovedora la cosa.